martes, 10 de mayo de 2011

De la Consciencia de Dualidad a la de Unidad

Todos somos Uno. Provenimos de una realidad más sutil, en una dimensión superior a ésta. En esa realidad Todo vibraba al unísono y cada uno de nosotros era parte integrante de ese Todo.

(En esa realidad: “yo” + “los otros” = “Yo”)

Pero sucedió que diferentes unidades de vibración dentro de ese Todo tomaron consciencia de sí mismas. Y entonces sintieron la necesidad de experimentarse. Sabían que no podrían hacerlo dentro de una realidad en la que se es parte integrante de un Todo; la única forma era individualizarse. Por lo tanto, se convirtieron en unidades independientes (Mónadas), centrando la consciencia de sí sólo en esa unidad.

Pero no podían subsistir individualmente en la dimensión en la que cada “yo” es parte de “Yo”. Tenían que llevar a cabo esa experiencia de individualidad en una vibración en la que pudieran separarse del resto. Lógicamente, era imposible hacerlo en una vibración más sutil.

(mayor sutileza => más unión; desgajarse e individualizarse => menor sutileza)

Por lo tanto, la vibración en la que estas unidades de consciencia podrían llevarse a cabo individualmente habría de ser forzosamente inferior que la anterior.

Entonces la, única alternativa era proyectar sus conciencias de unidad en la tercera dimensión (3D). De esta manera, cada Mónada que tomaba consciencia de sí misma y quería experimentarse como unidad, decidió proyectarse dentro de la 3D.

En este proceso de proyección, cada Mónada generó un Espíritu. Este representaría la unidad de vida de consciencia individual en la dimensión superior. Este Espíritu, al proyectarse en la 3D, se convertiría, en esta realidad, en un Alma. De tal forma, cada Alma representa la proyección del Espíritu en la 3D.

Este Alma suponía un vehículo que vinculaba al cuerpo desde su “yo” individualizado (Espíritu) hasta lo más denso de la tercera dimensión (tierra).

Así que aquel “yo”, procedente del Espíritu y proyectado a través de un Alma en la 3D, quedaba convertido en Humano. Y este Humano, conviviendo con otros Humanos, se desidentificó de su origen, olvidó que era una proyección, dependiente y amparada por una realidad mayor que él, en una dimensión superior. Y, corriendo un Velo de olvido entre su naturaleza espiritual y él se puso a vivir en el planeta Tierra dando por hecho que su realidad tridimensional era el único componente de su existencia.

Lógicamente, esto le pasó a cada uno de los Humanos. De este modo todos comenzaron a vivir su nueva realidad, echando cada uno su Velo de olvido respecto a su verdadera naturaleza, y auténtico sustento, y se pusieron a buscar los recursos para su supervivencia dentro de la misma dimensión con la que se identificaban.

Su sustentos físicos eran alimento, cobijo, supervivencia, seguridad… Sus sustentos emocionales eran la familia, pareja, amigos… Sus sustentos sociales, nombre, fama, posición, reputación…

Evolucionando, generación tras generación, Humano tras Humano descendiente del anterior, proyección tras proyección representada como diferentes encarnaciones en la 3D, se llegó al momento actual en el planeta Tierra.

Así, los recursos básicos se centraban en el dinero. Para poder contar con ello, era necesario trabajar, Pero el trabajo escaseaba. El hombre tenía que echar mano de la competitividad, de forma que tenía que luchar, compitiendo para conseguir un trabajo para el que había demasiados candidatos, arrebatándoselo, si podía, a los demás. Lo mismo sucedía con su alimento emocional. Tendría que luchar para poder conseguir enamorar a la persona deseada, tendría que luchar también por el sexo, por el reconocimiento social, etc.

El hombre sentía que necesitaba actuar como un depredador material, social, emocional y psicológico. No le pertenecía nada a menos que lo luchara y que a cambio de conseguirlo otros se quedaran sin ello.

Esta era la vida con el Velo echado.

Este es el modo en que el Humano comenzó a vivir dentro de la Dualidad.

Entonces, ¿qué era la Dualidad? La competitividad, el estrés por controlar al otro mientras se lucha por la misma presa, en la intención de conseguir aquello que también pudiera ser suyo. El miedo.

El hombre no era malo, puesto que su procedencia, el Espíritu, se sabía Uno con Todo. Pero la proyección, el Humano al otro lado del Velo, al desidentificarse de su verdadera naturaleza, olvidó que él es Uno con los demás, y consideró a los otros enemigos. Dentro de su actual dimensión tridimensional, su supervivencia como humano dependía de ganar una lucha constante (física, social, emocional, psicológica).

Y tras mucho tiempo, muchas proyecciones (encarnaciones) seguidas, en las que el Alma del Humano comenzó a necesitar volver a “ser parte”, y regresar al origen, los Humanos comenzaron a cansarse del estrés de la competitividad, de la lucha, de la “soledad” y, poco a poco, fueron cediendo poder y sintiendo que eran “algo más”, que no estaban solos realmente.

Comenzaron a soltar instinto de supervivencia y a desarrollar el concepto de Unidad. Así empezaron, algunos individualmente, y otros buscando formar grupos de apoyo y refuerzo espiritual, a investigar, por primera vez, “dentro” de sí mismos. A estas alturas, aquello de lo que tenían necesidad no estaba fuera de su identidad física; todo parecía indicar que había que dirigirse hacia dentro de sí mismos.

Al abrirse esta posibilidad, fueron descubriendo realidades que, por su urgencia de supervivencia tridimensional, habían olvidado.

De tal forma, descubrieron que ninguno era enemigo de nadie. Todo el mundo actuaba por amor, pero en cada caso dirigido a las necesidades propias en su instinto de supervivencia. El que actuaba en contra de otro, no lo hacía sino por un instinto de salvación. Es decir, el daño (al otro) no era la causa, sino el resultado del amor (a uno mismo), como consecuencia de dicho instinto natural de salvación.

La dualidad, por lo tanto, depende de la relatividad de la percepción del individuo. De tal forma, lo aparentemente dual era sólo la interpretación de un orden superior que desde la visión unilateral del humano no se podía percibir por entero.

Pero para liberarse de la interpretación de las apariencias como Realidad, había que traspasar el Velo de la ignorancia (olvido), para así poder recuperar la Visión Superior, aquella que habitaba en el lugar al que realmente se pertenecía. Y esto sólo se podía conseguir retirando la atención del humano, de la Tierra, de la dualidad, de la 3D, de la necesidad de competir, del miedo… Y volviendo la vista hacia el interior, donde reside la Unidad “Yo” de la que el Humano parte, dejar de ser proyección y recuperar el Espíritu dentro del Todo. Es decir, Despertar.

Y éste es el momento del Despertar. Sucede que, con una progresión ascendente, se está llevando a cabo el Despertar de las Almas. Algunas llegaron a este momento de su encarnación con el Velo algo abierto, de modo que siempre han tenido algún nivel de conexión con su Espíritu, y otras están descorriendo el Velo poco a poco. En ocasiones lo hacen en solitario, debido a su requerimiento interior, y en otras ocasiones se unen en grupos de refuerzo, en los que apoyarse en esta iniciativa, darse fuerza y fe, y acompañarse en un mundo que, a medida que emerge en esta dimensión, hace más hostil al que se va abandonando (el de los que no han despertado y, por lo tanto, niegan esa Realidad).

Esto está provocando que el Velo se esté abriendo por varios sitios. Cada Alma que despierta es un trozo de Velo abierto para la humanidad entera. Cada vez más Almas atraviesan el Velo, cada vez más se reincorporan a su Espíritu, y esa Luz que los Velos rotos están permitiendo que se proyecte en el planeta Tierra, en la tercera dimensión, está provocando que otros seres la vean y sientan la llamada de su Espíritus y también despierten, y entonces el Velo se rasga, se abre más, y más Luz entra, que se proyecta sobre los que aún están dormidos. Y algunos se desperezan, y llaman a los otros, y alguno de éstos asciende, y de nuevo el Velo se abre más y aumenta la Luz del Espíritu que se proyecta sobre la Tierra…

Así, cada vez el Espíritu se proyecta más sobre el Humano, y cada vez más despierto está el Humano.

Y esta es la historia a día de hoy. Por eso el Humano está despertando tan rápidamente, por eso está desapareciendo el mundo de la Dualidad y la competitividad. La Luz del Espíritu está consumiendo todo lo que no sea su naturaleza, y el Humano, con su consciencia vuelta hacia su punto de partida, su Espíritu, su Unión con el Todo, está permitiendo la proyección de esa Luz en el planeta Tierra. Se está descorriendo el Velo. Se están Uniendo los dos Mundos.

Estamos volviendo a Casa, y nos vamos todos…



Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com

30/04/11

jueves, 21 de abril de 2011

Contactar con el Ser Superior.

Establecer contacto con tu Ser superior es establecer contacto contigo mismo, con esa parte de ti que no está contaminada por las circunstancias humanas. El humano vive formando parte de una sociedad, y en esa sociedad existen unos códigos, una premisas para convivir. Por lo tanto, al crecer inmerso en ella, lo hace identificando su crecimiento con esas señales.

El humano será válido en la sociedad si tiene cultura y un buen nivel económico, será válido entre el sexo opuesto si tiene atractivo físico, simpatía, inteligencia, … Entonces, busca el desarrollo de todas estas cualidades para “crecer”, siendo lo óptimo la opulencia en todo ello.

Sin embargo, todo esto no es sino un compromiso del ego. Esto supone que toda vuestra búsqueda humana es hacia estos objetivos, así, vuestras preocupaciones son todo aquello que aún queda por completar para lograr la perfección en estos aspectos. Todo aquello en lo que el humano piensa, todo aquello de lo que se preocupa la gran mayoría del tiempo tiene que ver con su estatus como miembro de la sociedad, es decir, con el alimento de su ego, con la búsqueda de la culminación económica, social, cultural, intelectual, emocional, estética etc. Por todo esto, el humano convive de manera natural con la envidia, la traición, los celos, el rencor,… Tenlo en cuenta, todos estos logros son auto-excluyentes; en tanto que el otro tenga lo mismo que tú, ya no tienes tanto (si el otro es tan rico como tú, ya no lo eres tanto, si es tan culto, tan guapo, ya tú no lo eres tanto).

Está bien, vives en esta sociedad y es en ella donde tienes que desarrollar tu proceso de vida humana, tridimensional. Pero si tu intención es establecer contacto con tu Ser Superior, entonces tienes que entender que toda preocupación acerca de estos temas tan terrenales, que toda querencia que en lugar de engrandecerse al compartirla, compite con lo ajeno, de modo que te empequeñece que el otro también lo posea (es decir, todo lo que impregna tu mundo emocional y psicológico, por lo tanto tu campo energético, de densidad), crea una capa de impenetrabilidad entre tu consciencia humana y tu Consciencia Superior, entre tu humano y tu Ser Superior, que impide la comunicación.

Para contactar con tu Mente Superior (la Mente de tu Ser Superior) desde tu mente humana, el objetivo en primera instancia es liberar la mente de todas aquellas preocupaciones que en lugar de hacer fluir tu energía, la contraen. La envidia, rabia, odio, competitividad,… crean una capa, una nube, entre tu humano y tu Ser Superior, así que cualquier solicitud de contacto es imposible en estas circunstancias.

Suele ocurrir, además, que los humanos tienden a buscar al Ser Superior justo cuando más turbados están, cuando están impregnados de todas las preocupaciones que aún le alejan más de Él. No es ésta, desde luego, la forma de conseguirlo.

Así que si realmente deseas contactar con tu Yo más elevado, con tu Consciencia Divina, con la Mente Una de la que formas parte, tendrás que hacerlo limpio de obstáculos que impidan que esta comunicación quede bloqueada.

Relájate, perdona, acepta, entiende que hasta lo que no entiendes tiene razón de ser y permítete “Ser”, no busques el contacto, simplemente practica con estas premisas, con todo aquello que te libere de la densidad. Deja de ambicionar lo material, esto llegará de forma natural, deja de competir, ganar es la soledad. Simplemente permite que las cosas sean como son, libera aquellos (y aquello) que llevas a cuestas por no haber perdonado (incluido tú mismo), permite al pasado irse, y ponte a vivir tu vida sin preocupaciones, sin que tu mente se ofusque con estrategias de competitividad que generan bloqueos emocionales, y fluye.

Al tiempo te darás cuenta, no de que te estás comunicando tú a tú con tu Ser Superior, sino de que tu mente es la Suya, que la conexión entre tu mente humana y tu Mente Superior es cada vez más frecuente, y poco a poco irás ascendiendo hasta vibrar más tiempo en la frecuencia sutil de la Mente Superior que en la baja, tosca, dolorosa, densa, del humano. Entre otras cosas, sabrás que es así porque reconocerás el éxito en aquellas cosas que también hacen más grande al otro, y no en aquello que lo empequeñece.


Graciela Bárbulo
http://www.gracielabarbulo.com/
(Recibido: 14/04/11)

sábado, 16 de abril de 2011

Un mensaje de ánimo.

Lo que aparenta ser malo es bueno, lo que aparenta ser bueno, es bueno y placentero. Desde un nivel de consciencia superior, todo lo que eres en esta vida, todo lo que te rodea y te sucede, es perfecto. Es el recorrido hacia tu propio objetivo superior.
La realidad inmensa que eres se expresa en este mundo a través de tu cuerpo y tus emociones.

Todo lo que te sucede en esta vida es el camino a seguir para lo que tú mismo anhelas desde tu espíritu. No existe el castigo, no hay pruebas. Lo que te parece malo en tu vida marca, simplemente, tu camino. Cuando hayas trascendido esa dimensión, lo verás. Todo lo que en apariencia son tropiezos, simplemente definen los límites del camino que tú mismo has decidido andar antes de venir a esta vida. No lo recuerdas. Ni siquiera sabes lo que es bueno o malo. Consideras bueno lo que te permite dirigirte hacia donde tu ego quiere ir y malo lo que no. Eso es sólo la apariencia tridimensional. Cualquier tropiezo es una ayuda diseñada por ti mismo desde una frecuencia más elevada que la de tu vibración humana.

Todo lo que debas hacer lo tienes que expresar a través del vehículo humano que te representa en la tierra. Sin embargo, no necesitas más que eso, y necesitas todo eso para llevar a cabo tu objetivo superior. Todo lo que te sucede, todo lo que te rodea (personas, acontecimientos) no son otra cosa que los elementos necesarios para el logro de tu tarea divina. No tienes más ni menos que nadie. Tienes, como todo el mundo, lo que necesitas para ir avanzando en tu camino hacia tu más sublime objetivo.

Disfruta del recorrido, porque entonces todo se hará más fácil. Si te niegas a andar un trecho que no tiene alternativas, tú mismo, desde otro nivel, te impondrás un elemento que te obligue a realizarlo a la fuerza, y eso sería con dolor. Camina tu camino feliz de saber que vas avanzando hacia la Luz. No te fijes en los de los otros, porque pese a que la apariencia pueda ser diferente, el objetivo es el mismo.


COCREAR


En todo caso, si deseas modificar algún aspecto de tu vida, también puedes co-crear una realidad, pero eso será posible siempre y cuando ésta no te aparte de tu camino. Por eso, cuanto más cerca de tu objetivo estés, cuanto más elevada sea tu vibración, más posibilidades tienes de que se realice tu creación.

Co-crear quiere decir “crear con uno mismo”. No hay otro ser que emita juicio acerca de si es viable o no la realización de tu deseo. Es tu Ser Superior, Tú en una octava superior, quien decide adecuado proyectar o no lo deseado.

Cuanto más cerca estés de tu objetivo, de tu meta, lo cual es lo mismo que decir “cuanto más elevado estés”, más fácil te será co-crear, porque estarás más libre de obligaciones (karma), y el camino andado será ya recorrido de ascensión realizado, así todo lo que no interfiera en tu misión, será bienvenido a tu vida, e interferirá menos cuanto más evolucionado estés.

Así que avanza, y hazlo dentro de la vida más satisfactoria posible. Trasciende lo que se impone y elévate, libérate.


Graciela Bárbulo
http://www.gracielabarbulo.com/

(Recibido: 14/04/11)

jueves, 24 de marzo de 2011

La realización de nuestros deseos.

Cuando tú tienes un deseo, cada célula de tu cuerpo responde inmediatamente dirigiéndose hacia la realización de ese deseo. El proceso que se sucede desde que tus células se ponen en marcha con el objetivo de realizar tu deseo, hasta que esta intención llegue al lugar que llegue, en el tiempo que lo haga, viene definido por todas las capas impresas en esas células a nivel emocional y psicológico, o mental inferior, de las que están impregnadas, y eso depende de lo que tú, como humano, en el proceso de tus vidas, llevas acumulado en tu percepción de la realidad. Esta es la consecuencia de vivir en la dualidad. Para limpiar estas capas que impiden la realización de un deseo de una manera fluida, es necesario trabajar con esta realidad dual, integrando los opuestos dentro de nuestras concepciones emocionales y/ psicológicas de la vida, para integrarlos dentro de la Unidad.

Si yo tengo un deseo de, por ejemplo, conseguir la casa de mis sueños, automáticamente todas las células de mi cuerpo y el universo entero se ponen a trabajar para llevar a cabo la realización de ese deseo. Pero desde el momento en el que estoy ahora, y desde la casa en la que vivo ahora, (es decir, desde quien “soy” ahora), hasta llegar adonde se llegue con ese deseo, se va a pasar por las diferentes capas de ideas preconcebidas (dualidades) que yo tengo.

Es decir, si yo pienso que jamás conseguiré lo que deseo, entonces, automáticamente, genero eso mismo: automáticamente, se desvía la energía que iba dirigida hacia el logro. Si yo pienso que es muy difícil conseguirlo, estoy pasando a través de una capa que lo está haciendo muy complicado. Si yo pienso: “ya, pero es que resulta que para llegar a conseguir algo así, siempre voy a tener que contar con la ayuda económica de ‘equis’ persona”, entonces me las tendré que ver con esa persona, y probablemente si yo además pienso que tengo mala suerte, o las cosas se me acaban complicando siempre que intento lograr algo, entonces voy a atravesar esa realidad.

Desde nuestros deseos hasta la realidad que llegamos a conseguir cuando los proyectamos en el universo, todas las fases por las que se pasa no son otra cosa que las afirmaciones limitadoras que nosotros mismos tenemos impresas en nuestra consciencia, en nuestra esencia emocional o mental. Es nuestra responsabilidad. Si nosotros lográramos eliminar el concepto de dualidad, si supiéramos que tenemos derecho a todo, que estamos aquí para ser felices, si supiéramos que nadie nos va a fastidiar, que todo lo que viene desde fuera con apariencia de negatividad, carencia, oposición, ofensa, lo generamos nosotros mismos, estaríamos libres de tenerlo tan complicado.

Tenemos que saber que la responsabilidad de que se cumplan o no nuestros deseos es nuestra, no existe el factor suerte, con lo cual la garantía de que se lleguen a cumplir deriva de nosotros mismos. Somos los dueños de nuestros logros. Esto quiere decir que podemos solucionarlo, somos los dueños de nuestra propia vida, nadie más es responsable de nuestro destino. Podemos seguir adelante. ¡Somos libres!

Por lo tanto, cada vez que quieras proyectar un deseo en el cosmos, para que se represente esa realidad en tu vida, fíjate bien si el éxito se sucede de manera natural. Y si no es así, observa con qué vas tropezando, porque eso que se representa como obstáculos es justamente lo que tú puedes solucionar para lograr convertir en realidad tus sueños.


Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com
(Recibido: 22/03/11)

lunes, 14 de marzo de 2011

Vivir en las dos Mentes

La Mente Inferior y la Mente Superior
Desde un punto de vista holístico, se puede afirmar que poseemos dos “mentes”, definidas cada una por la cualidades que se desarrollan a continuación.




- Mente inferior: Tridimensional, visceral. Plexo solar. Dual Entiende que el éxito reside en la competitividad, que no hay posibilidad de éxito sin lucharlo, sin desplazar al otro. Fíjate que en nuestro plexo solar están todas las terminaciones nerviosas, y a su vez viene representado por órganos como estómago, suprarrenales, etc. Vísceras que están muy vinculadas con reacciones inmediatas a inputs.

Ante situaciones, por ejemplo, de sensación de carencia, cabe la posibilidad de que la persona que lo experimenta:

o Tienda a comer más: para llenar el estómago, y así saciarse de manera ficticia de un amor que siente que le falta, para cubrir su carencia intentando engañar a sus emociones, y así procurar tranquilizar en su mente la verdad que le brindan éstas.

o Tienda a bajar la energía, bajar su nivel de consciencia: entonces se centrará en procurar cubrir su carencia con bienes materiales, o buscará el sexo en lugar del amor. Aunque luego sentirá un gran vació porque la mente sabe que esto no es más que un sucedáneo que no cubre la carencia real.

o Tienda a elevar su nivel de consciencia. Es posible que, al encontrar que mirando en torno a sí no encuentra lo que siente que desea, que carece de ello, tienda a “experimentarse a sí mismo”, a intentar comprender por qué esto es así. En este caso, la persona realiza un viaje en dirección hacia su Mente Superior, y entonces además de lograr “comprender” el porqué de su experiencia, encuentra que lejos de no estar sólo, está recibiendo el apoyo del Universo, de Guías que le acompañan, y que posee una realidad más allá del humano con el que hasta ahora se había identificado como única realidad de sí mismo: reconoce un Ser Superior, y reconoce que Éste supone una guía que colabora en su desarrollo, entendiendo que la experiencia del momento referido forma parte del proceso evolutivo de la persona.


- Mente Superior: Multdimensional. Concibe que todo responde a un engranaje del Universo global dentro del cual estamos inscritos.

Ante una situación en nuestra vida que nuestra mente inferior interpreta como problema o desgracia, ascender hacia la Mente Superior equivale a reconocer un proceso evolutivo en nuestro desarrollo.


Podemos, para esclarecer algo más la relación y diferencia de cada una de éstas dos mentes, pensar en situaciones tales como pérdida de empleo, problemas de salud, discusiones y enfrentamientos con personas claves en nuestra vida… Tomando un ejemplo para desarrollar, vamos a referirnos a una separación de pareja.


Ejemplo de actuación de las dos mentes en un proceso de separación de pareja:


Tal vez, desde nuestra mente inferior, visceral, nuestra concepción de esta situación se resuma en el hecho de que la persona en la que habíamos depositados nuestras expectativas de felicidad nos ha fallado. Como nuestra visión es visceral, entendemos que es una persona traicionera, mala, y generamos hacia él o ella sentimientos negativos impregnados de compulsión. Egoístamente, deseamos que le vaya mal (visión dual), porque nos parece injusto estar sufriendo por alguna actuación que nos lleva a un reacomode de nuestra vida. Vivimos el hecho como fracaso, con ira, rencor…

Y como la visión de la mente inferior es dual, sentiremos que hay que pelear por ganar una lucha, entendiendo que es “esa persona o yo”, buscando un desenlace exitoso en detrimento de su éxito, entendiendo que hay que desplazar al otro para conseguir nuestro triunfo.

Pero si logramos, en estas, elevar nuestro nivel de consciencia de la mente inferior a la Mente Superior, reconocemos, de forma natural, que la experiencia que estamos atravesando, lejos de ser un trauma, es un escalón dado en nuestra evolución, y que forma parte de un engranaje del universo en el cual estamos inmersos, un universo que evoluciona, y nosotros con él.

Así, lo que antes era un problema, ahora es una oportunidad, lo que antes era enfado y rencor hacia el otro, ahora es reconocimiento de una labor que colabora en nuestra evolución, y lo que antes era sufrimiento, ahora es entusiasmo por avanzar, por evolucionar.

Pero la cuestión es que, incluso reconociendo esto, y logrando realizar el acenso hacia dimensiones superiores, vivimos, aún así, la experiencia personal, es decir, a niveles del ego, en la mente inferior. Esto no podemos omitirlo.


La cuestión es, por lo tanto, lograr vivir en los dos niveles de consciencia, en las dos mentes. Esto sólo se puede realizar de forma alternativa. Por lo tanto, no podemos reprimir nuestra ira, rabia, enfado,.. sólo porque reconocemos una visión superior que justifica una experiencia. Aún reconociendo ésta otra visión, nuestro plexo solar, nuestro ego, tridimensional, pasa por experiencias viscerales a las que hay que atender también. Tal vez sea un hecho que la otra persona nos hiere, nos trata de modo que consideramos inaceptable. Y es real que esto nos conduce a la necesidad de expresar lo que surge de nuestra mente inferior. Y es por ello que ¡tenemos que hacerlo! Tenemos que soltar, no reprimir, expresar la ira que sentimos, enfadarnos, etc. Porque reprimir estos impulsos que surgen en nuestro plexo solar, dañaría nuestro cuerpo. Por lo tanto, la cuestión es, una vez llevado a cabo este proceso de liberación, ascender a la Mente Superior para realizar el trabajo de reconocimiento de nuestra evolución, contemplarse como parte de un Todo, saberse apoyado por el Universo, y seguir adelante con el trabajo interno a realizar. Tras ello, el trabajo práctico se irá revelando por sí sólo.


Entonces, la cuestión es poder vivir en los dos niveles de consciencia, en las dos mentes. No negar ninguno. Pero saber que podemos bajar para vivir la faceta de humanos, definida por nuestra mente inferior, y también ascender cuando queramos, cuando tengamos que desentrañar el sentido de algo que nos suceda y requiera de nuestra atención para equilibrar nuestros impulsos negativos, para liberarnos cuando nos sintamos atrapados en las emociones negativas de nuestro ego.


Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com
(Canalizado 18/01/11)

domingo, 16 de enero de 2011

En el esfuerzo consciente radica la liberación.

Disfruta lo que tienes. Trabaja por lo que anhelas. Pero no sufras.

Todas tus contradicciones son tu “Yo” en diferentes aspectos que no conviven entre sí. Todas esas personas que complican tu vida, todas las situaciones que te perjudican, todos..., todo eso es tu “Yo” (lo que reconoces conscientemente como “yo” y lo que no). Todo aquello que te agrede desde el exterior es aquello de ti que no ha evolucionado aún hasta el punto de coexistir sin fricción con lo evolucionado.

Lo evolucionado no crea conflicto, porque acoge a todo lo que vibra en conjunción con el Universo, es decir, lo que sea verdad. Lo evolucionado es la verdad. El conflicto está en la mentira. Todo aquello que te cree conflicto es una mentira. Es tu labor ahora identificar, con esta visión de la realidad que se te ofrece, eso que te crea conflicto.

- ¿Cómo puedo reconocer como mentira una persona que destruye mi vida?

- Esa persona no representa nada en sí misma, sólo respecto a ti. Lo que percibes como “esa persona” es un reflejo de tu parte de “Yo” no asumida. Esa persona podría también ser quien te saca de un pozo, ser tu luz. Ambas cosas serían mentira. Es en ti donde residen la luz y la oscuridad. ¿Por qué ahora eliges esta oscuridad?

Necesitas fusionar opuestos de manera radical para un mayor beneficio en tu vida, para completar un aspecto importante. Créelo… ¡Importante! Si este conflicto que estás viviendo te paraliza, no te está sirviendo, te está destruyendo. Se trata de que siempre trabajes por superar el conflicto, y en ese esfuerzo consciente radica la liberación.

Dando por supuesto un desenlace favorable en el conflicto humano (persona, acontecimiento…), la liberación importante es, además, aquella trascendente que te permite ascender íntegramente algún peldaño para vivir en una vibración más sutil: en un nivel de consciencia más elevado, con unos recursos diferentes, una mayor independencia de la marea del “Inconsciente colectivo”. Es, en definitiva, aquella que te permite acercarte a tu verdadera naturaleza para “vivirte”.
Pero si no luchas por trascender ese conflicto, problema, situación…, te quedarás “ahí clavado”, pensando que estás siendo castigado. ¡No! No es tu deber quedarte ahí y fastidiarte. Siempre, ¡siempre!, es tu misión ser libre. No eres culpable, tampoco, si alguien se perjudica con tu liberación (si alguien a quien dejas atrás se derrumba): trabajar por salir de ello es su misión ahora. Al liberarte, le permites liberarse, porque le habilitas, con tu liberación, a plantarse ante su propia labor.

Trabaja por tu liberación. Es mentira que estés atrapado. Tú mismo te has puesto en tu camino el ingrediente para, al trabajar con ello, trascenderlo (siempre en la búsqueda de ti mismo), lograr el máximo de tu liberación de todo aquello que no es tu “Yo soy”. Tú eres el único responsable de tu dolor, y no es tal, es para tu beneficio, y es el proceso de, precisamente, eliminación del sufrimiento de estar encadenado a la inconsciencia y Elevarte.

Verás que hay personas que “ya han llegado”. Ya han encontrado su pareja ideal, su trabajo ideal, sus recursos materiales, su familia…

¡Es perfecto! Ellos, en este momento, pertenecen simultáneamente a ese nivel (emocional, mental y físicamente) como unidad, pero tal vez tú perteneces en algún aspecto concreto (emocional o mental) a un nivel superior del que se te presenta ahora para vivirlo, y es por ello que tienes que trascender alguno de éstos aspectos aún.

El tema es que no todo el mundo tiene, en este momento, que desarrollar lo mismo. También tú cuando “llegues”, podrás disfrutar, pero seguramente lo lograrás dentro de un marco de sutileza mayor que muchos de los que actualmente han llegado. Sobre todo si son personas con las que compartes, en alguno de éstos tres niveles, valor vibratorio.

No te compares, y por ello pienses que lo haces peor. Tu objetivo, seguramente, es otro, y es por ello que sigues confrontando los opuestos, hasta llegar a la liberación de los mismos (su unificación) y los logros que te llevan al verdadero amor… y la felicidad y ¡libertad!

Ayudar a los demás a lograr aquello que te está faltando te ayuda a ti, en primera instancia, a dejar patente tu carencia, y después, como consecuencia, a tener la sutileza suficiente como para superarla.

Cada uno tiene un lugar en el que desarrollar su vida, y una situación óptima para expresarse. No es el mismo lugar para todos a la vez, y hoy lo perfecto para cada uno es donde encuentra la felicidad.

Todo seguirá evolucionando. Lo que ahora está asentado, al seguir vibrando hacia lo alto (más sutil), buscará de nuevo asentarse dentro de nuevos parámetros, los que sean acordes a una nueva situación / vibración emergente. Pero en cada momento, vivir lo que se tiene y beneficia es un regalo, y una obligación disfrutar de ello, porque es dentro de ello donde se crece, buscando su trascendencia en favor de algo aún más grande.

Disfruta lo que tienes. Trabaja por lo que anhelas. Pero no sufras. Sabe que lo que aún no tienes está esperando, grande, para Ser en ti. Y lo que tienes y te atormenta está en proceso de ser trasmutado para convertirse, o dar paso, a eso que anhelas. Todo son diferentes caras de una misma cosa. No te agobies. Disfruta de lo bueno, pero también aprecia lo aparentemente malo mientras trabajas con ello para transmutarlo o trascenderlo.

¡Sé Quien Eres!



 













Graciela Bárbulo
(Canalizado 05/12/10)


miércoles, 5 de enero de 2011

Creación horizontal. Creación vertical

Somos Creadores de nuestra realidad personal.

Dependiendo de dónde enfoquemos nuestra atención, podemos llevar a cabo dos modos de creación. Nos referiremos a ellas como: Creación horizontal y Creación vertical:

1- Creación horizontal:

Es el modo de Creación que llevamos a cabo cuando nuestra Atención está puesta en el mundo tridimensional en el que estamos inmersos. Se produce partiendo de una necesidad, por una sensación de carencia de algo que existe en nuestro entorno pero que no reconocemos en nuestra realidad personal, y a partir de ese momento se genera en nosotros un deseo para que forme parte de nuestra vida o persona.

Este tipo de Creación se realiza a través del tercer ojo, y trabaja dentro del campo energético en el que estamos inmersos. Es decir, recogemos el modelo de la propia realidad que percibimos, tanto material como emocional y/o psicológica.

En la Creación horizontal somos muy susceptibles a participar del inconsciente colectivo: tradición, religión, ideas políticas, hábitos grupales, socioculturales, expectativas de los otros, preocupación por la propia imagen,… Todo ello, cosas que nos privan de desarrollar una identidad propia genuina y nos hacen entrar en la espiral de un mundo dual de competitividad.

El modo en el que se lleva a cabo la “Creación horizontal” es el siguiente: Desde el tercer ojo, ponemos nuestra atención en la imagen que queremos atraer a nuestra realidad personal. Este proceso se lleva a cabo mediante la “RESPIRACIÓN”: Inspiración y Expiración de la energía de este chakra del tercer ojo.

Plasmamos una idea en nuestra mente (la recogemos de nuestra memoria, o de una visión directa de nuestro mundo), y entonces inspiramos, retenemos esa imagen y expiramos. En el proceso de Inspiración, atraemos la realidad de aquello en lo que hemos fijado nuestra atención. Al Retener, lo fijamos en nuestro campo energético, lo convertimos en algo nuestro, y a través de la Expiración lo proyectamos hacia nuestra “Realidad Potencial”.

Pero en esta “Realidad Potencial” hay Sumas y Restas. Es decir: si a esa Imagen conseguida la “impregnamos” de amor, ilusión, seguridad en el hecho de merecerlo, y todo tipo de vibraciones positivas, le estamos añadiendo la posibilidad de una rápida expresión en el mundo de la materia. En cambio, si la impregnamos de vibraciones negativas, como temor a fracasar, desconfianza, envidia y recelo hacia quienes ya lo poseen, sensación de que no es justo tener tanto en un entorno de carencias, creencias sociales, culturales o religiosas que nos culpabilizan, que nos juzgan negativamente si lo logramos, etc., entonces, restamos a esa realidad “ya creada”, unidades de negatividad, y eso retrasa su expresión hasta el punto en el que puede ser que nunca suceda, nunca se represente. Tendríamos que soltarnos de esos apegos de Miedo (falta de autoestima, envidia, desconfianza, culpa, vergüenza,…), para Despegar con nuestra Creación y percibir la representación en nuestra realidad de esa Visión “inspirada” a través de nuestro tercer ojo.

2- Creación Vertical:

Pero también podemos volver nuestra Atención hacia arriba, y ponernos en contacto con la Energía Pura, sin cualificar, de dimensiones más sutiles.

En este caso, no creamos formas, no visualizamos una Creación tridimensional. Únicamente atraeremos Luz y Pureza hacia nuestros cuerpos (físico, etérico, mental, emocional), de forma que se limpien todos estos conflictos que nos impiden “Despegar” y nos mantienen anclados en una vida que no deseamos conscientemente, una vida de fracaso, temores, pobreza, … Y la Limpieza derivada de la conexión con esta energía, que baña todo aquello mal cualificado en nuestra identidad, permite /provoca que lo que nos había impedido “Despegar” se vaya borrando, ayudando a descubrir la realidad que hemos atraído basados en el amor de la atracción . Y, aún más, llegarán a nuestra vida unos potenciales y realidades que no habíamos visualizado en nuestra visión “horizontal”, puesto que no pertenecen al mundo tridimensional, sino a dimensiones más sutiles. Esta nueva realidad llenará nuestros sentidos de regocijo, de manera que todo lo que nos rodee lo sentiremos como un tesoro, puesto que estaremos creando en nuestro interior la consciencia de “Yo Soy”, limpia de conflictos y ataduras, que nos permitirá sublimar la nueva situación vital que se derive de esta experiencia.

Y entonces nuestro interior se verá continuamente enriquecido con regalos* que ni esperamos ni soñamos, por ser mucho más elevados que nuestros sueños lineales, horizontales (trabajados con el tercer ojo), aunque con frecuencia invisibles para aquellos que vibren a una frecuencia más baja que ellos.

*En el momento en el que estaba en este punto exacto del texto, repentina e inesperadamente recibí un regalo “emocional y material”.
Graciela Bárbulo
(Canalizado 02/01/11
)

domingo, 2 de enero de 2011

Confección de la realidad

Confeccionas tus miedos con ingredientes de la realidad, por eso se cumplen.

Igual pasa con los sueños.

Lo que imaginas se conforma en una imagen realizada con el mismo material del que está compuesta la realidad. De hecho el punto de partida de la realidad es siempre la mente.

La imagen de tu mente funciona con respiración: absorbes, contienes y expulsas, así vas haciendo poco a poco la realidad, en base a lo que conformas en tu mente. Absorbes elementos que ya están configurados en la realidad, los transformas en tu mente (en base al deseo o al miedo), y expulsas esas imágenes. Imprimes influencia de tu mente en la realidad, que es la mente global.

A veces coges de fuera, cuando te fijas, te obsesionas, amas, deseas algo. Y lo reproduces en ti, tu mundo, tu vida, en tu historia. Sencillamente lo aceptas y no lo transmutas. Así, acabas asumiendo lo “que ya es” como propio, sin creación.


Graciela Bárbulo
Extracto del libro "Mundos de Éter"
(http://www.gracielabarbulo.com/libros.htm)