jueves, 24 de marzo de 2011

La realización de nuestros deseos.

Cuando tú tienes un deseo, cada célula de tu cuerpo responde inmediatamente dirigiéndose hacia la realización de ese deseo. El proceso que se sucede desde que tus células se ponen en marcha con el objetivo de realizar tu deseo, hasta que esta intención llegue al lugar que llegue, en el tiempo que lo haga, viene definido por todas las capas impresas en esas células a nivel emocional y psicológico, o mental inferior, de las que están impregnadas, y eso depende de lo que tú, como humano, en el proceso de tus vidas, llevas acumulado en tu percepción de la realidad. Esta es la consecuencia de vivir en la dualidad. Para limpiar estas capas que impiden la realización de un deseo de una manera fluida, es necesario trabajar con esta realidad dual, integrando los opuestos dentro de nuestras concepciones emocionales y/ psicológicas de la vida, para integrarlos dentro de la Unidad.

Si yo tengo un deseo de, por ejemplo, conseguir la casa de mis sueños, automáticamente todas las células de mi cuerpo y el universo entero se ponen a trabajar para llevar a cabo la realización de ese deseo. Pero desde el momento en el que estoy ahora, y desde la casa en la que vivo ahora, (es decir, desde quien “soy” ahora), hasta llegar adonde se llegue con ese deseo, se va a pasar por las diferentes capas de ideas preconcebidas (dualidades) que yo tengo.

Es decir, si yo pienso que jamás conseguiré lo que deseo, entonces, automáticamente, genero eso mismo: automáticamente, se desvía la energía que iba dirigida hacia el logro. Si yo pienso que es muy difícil conseguirlo, estoy pasando a través de una capa que lo está haciendo muy complicado. Si yo pienso: “ya, pero es que resulta que para llegar a conseguir algo así, siempre voy a tener que contar con la ayuda económica de ‘equis’ persona”, entonces me las tendré que ver con esa persona, y probablemente si yo además pienso que tengo mala suerte, o las cosas se me acaban complicando siempre que intento lograr algo, entonces voy a atravesar esa realidad.

Desde nuestros deseos hasta la realidad que llegamos a conseguir cuando los proyectamos en el universo, todas las fases por las que se pasa no son otra cosa que las afirmaciones limitadoras que nosotros mismos tenemos impresas en nuestra consciencia, en nuestra esencia emocional o mental. Es nuestra responsabilidad. Si nosotros lográramos eliminar el concepto de dualidad, si supiéramos que tenemos derecho a todo, que estamos aquí para ser felices, si supiéramos que nadie nos va a fastidiar, que todo lo que viene desde fuera con apariencia de negatividad, carencia, oposición, ofensa, lo generamos nosotros mismos, estaríamos libres de tenerlo tan complicado.

Tenemos que saber que la responsabilidad de que se cumplan o no nuestros deseos es nuestra, no existe el factor suerte, con lo cual la garantía de que se lleguen a cumplir deriva de nosotros mismos. Somos los dueños de nuestros logros. Esto quiere decir que podemos solucionarlo, somos los dueños de nuestra propia vida, nadie más es responsable de nuestro destino. Podemos seguir adelante. ¡Somos libres!

Por lo tanto, cada vez que quieras proyectar un deseo en el cosmos, para que se represente esa realidad en tu vida, fíjate bien si el éxito se sucede de manera natural. Y si no es así, observa con qué vas tropezando, porque eso que se representa como obstáculos es justamente lo que tú puedes solucionar para lograr convertir en realidad tus sueños.


Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com
(Recibido: 22/03/11)

lunes, 14 de marzo de 2011

Vivir en las dos Mentes

La Mente Inferior y la Mente Superior
Desde un punto de vista holístico, se puede afirmar que poseemos dos “mentes”, definidas cada una por la cualidades que se desarrollan a continuación.




- Mente inferior: Tridimensional, visceral. Plexo solar. Dual Entiende que el éxito reside en la competitividad, que no hay posibilidad de éxito sin lucharlo, sin desplazar al otro. Fíjate que en nuestro plexo solar están todas las terminaciones nerviosas, y a su vez viene representado por órganos como estómago, suprarrenales, etc. Vísceras que están muy vinculadas con reacciones inmediatas a inputs.

Ante situaciones, por ejemplo, de sensación de carencia, cabe la posibilidad de que la persona que lo experimenta:

o Tienda a comer más: para llenar el estómago, y así saciarse de manera ficticia de un amor que siente que le falta, para cubrir su carencia intentando engañar a sus emociones, y así procurar tranquilizar en su mente la verdad que le brindan éstas.

o Tienda a bajar la energía, bajar su nivel de consciencia: entonces se centrará en procurar cubrir su carencia con bienes materiales, o buscará el sexo en lugar del amor. Aunque luego sentirá un gran vació porque la mente sabe que esto no es más que un sucedáneo que no cubre la carencia real.

o Tienda a elevar su nivel de consciencia. Es posible que, al encontrar que mirando en torno a sí no encuentra lo que siente que desea, que carece de ello, tienda a “experimentarse a sí mismo”, a intentar comprender por qué esto es así. En este caso, la persona realiza un viaje en dirección hacia su Mente Superior, y entonces además de lograr “comprender” el porqué de su experiencia, encuentra que lejos de no estar sólo, está recibiendo el apoyo del Universo, de Guías que le acompañan, y que posee una realidad más allá del humano con el que hasta ahora se había identificado como única realidad de sí mismo: reconoce un Ser Superior, y reconoce que Éste supone una guía que colabora en su desarrollo, entendiendo que la experiencia del momento referido forma parte del proceso evolutivo de la persona.


- Mente Superior: Multdimensional. Concibe que todo responde a un engranaje del Universo global dentro del cual estamos inscritos.

Ante una situación en nuestra vida que nuestra mente inferior interpreta como problema o desgracia, ascender hacia la Mente Superior equivale a reconocer un proceso evolutivo en nuestro desarrollo.


Podemos, para esclarecer algo más la relación y diferencia de cada una de éstas dos mentes, pensar en situaciones tales como pérdida de empleo, problemas de salud, discusiones y enfrentamientos con personas claves en nuestra vida… Tomando un ejemplo para desarrollar, vamos a referirnos a una separación de pareja.


Ejemplo de actuación de las dos mentes en un proceso de separación de pareja:


Tal vez, desde nuestra mente inferior, visceral, nuestra concepción de esta situación se resuma en el hecho de que la persona en la que habíamos depositados nuestras expectativas de felicidad nos ha fallado. Como nuestra visión es visceral, entendemos que es una persona traicionera, mala, y generamos hacia él o ella sentimientos negativos impregnados de compulsión. Egoístamente, deseamos que le vaya mal (visión dual), porque nos parece injusto estar sufriendo por alguna actuación que nos lleva a un reacomode de nuestra vida. Vivimos el hecho como fracaso, con ira, rencor…

Y como la visión de la mente inferior es dual, sentiremos que hay que pelear por ganar una lucha, entendiendo que es “esa persona o yo”, buscando un desenlace exitoso en detrimento de su éxito, entendiendo que hay que desplazar al otro para conseguir nuestro triunfo.

Pero si logramos, en estas, elevar nuestro nivel de consciencia de la mente inferior a la Mente Superior, reconocemos, de forma natural, que la experiencia que estamos atravesando, lejos de ser un trauma, es un escalón dado en nuestra evolución, y que forma parte de un engranaje del universo en el cual estamos inmersos, un universo que evoluciona, y nosotros con él.

Así, lo que antes era un problema, ahora es una oportunidad, lo que antes era enfado y rencor hacia el otro, ahora es reconocimiento de una labor que colabora en nuestra evolución, y lo que antes era sufrimiento, ahora es entusiasmo por avanzar, por evolucionar.

Pero la cuestión es que, incluso reconociendo esto, y logrando realizar el acenso hacia dimensiones superiores, vivimos, aún así, la experiencia personal, es decir, a niveles del ego, en la mente inferior. Esto no podemos omitirlo.


La cuestión es, por lo tanto, lograr vivir en los dos niveles de consciencia, en las dos mentes. Esto sólo se puede realizar de forma alternativa. Por lo tanto, no podemos reprimir nuestra ira, rabia, enfado,.. sólo porque reconocemos una visión superior que justifica una experiencia. Aún reconociendo ésta otra visión, nuestro plexo solar, nuestro ego, tridimensional, pasa por experiencias viscerales a las que hay que atender también. Tal vez sea un hecho que la otra persona nos hiere, nos trata de modo que consideramos inaceptable. Y es real que esto nos conduce a la necesidad de expresar lo que surge de nuestra mente inferior. Y es por ello que ¡tenemos que hacerlo! Tenemos que soltar, no reprimir, expresar la ira que sentimos, enfadarnos, etc. Porque reprimir estos impulsos que surgen en nuestro plexo solar, dañaría nuestro cuerpo. Por lo tanto, la cuestión es, una vez llevado a cabo este proceso de liberación, ascender a la Mente Superior para realizar el trabajo de reconocimiento de nuestra evolución, contemplarse como parte de un Todo, saberse apoyado por el Universo, y seguir adelante con el trabajo interno a realizar. Tras ello, el trabajo práctico se irá revelando por sí sólo.


Entonces, la cuestión es poder vivir en los dos niveles de consciencia, en las dos mentes. No negar ninguno. Pero saber que podemos bajar para vivir la faceta de humanos, definida por nuestra mente inferior, y también ascender cuando queramos, cuando tengamos que desentrañar el sentido de algo que nos suceda y requiera de nuestra atención para equilibrar nuestros impulsos negativos, para liberarnos cuando nos sintamos atrapados en las emociones negativas de nuestro ego.


Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com
(Canalizado 18/01/11)