Ejercicios de Ascensión

Los ejercicios que se muestran en esta sección han sido, o bien canalizados mediante "Conocimiento Directo", u ofrecidos telepáticamente desde dimensiones más sutiles.

Todos ellos sirven para liberarse del inconsciente colectivo, del sufrimiento, del engaño, de la confusión ... y lograr visualizarse desde el otro lado del "velo". Por lo tanto, todos ellos sirven para Ascender.



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Intenta traspasar el velo del ego:


Medita y ante cada situación de esta vida que te llame la atención en cualquier sentido, piensa en ella y déjala estática en tu mente, sabiendo que sólo es la tapadera de algo que lo trasciende.


Céntrate en una situación que te preocupe en este momento y obsérvala como si su desarrollo se estuviera proyectando en una cortina que te separa de la verdadera identidad de tal acontecimiento.


Atiende fijamente al desarrollo de los hechos sin perder la consciencia de que es una plasmación sobre una cortina que te separa de la verdadera identidad. Siente que la “película” se está proyectando desde el otro lado de esta cortina.


Deja que la cortina vaya trasparentando lo que hay del otro lado.


Observa que del otro lado la Realidad tiene todo los porqués y carece de conflicto. Fíjate cómo es que el conflicto surge en la plasmación de esta Realidad y en el punto de vista desde el que tú la observas, lleno de juicios.


Ve el otro lado y comprende la Realidad que transciende lo aparente.


Graciela Bárbulo
Extracto del libro "Mundos de Éter"
(http://www.gracielabarbulo.com/libros.htm)
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Silencio, falta de juicio y atención


Ve la vida desde donde la ve Dios. Tal vez no sea fácil, pero puedes.


Para ello es imprescindible:

- Silencio
- Falta de juicio
- Atención


Porque sin el silencio personal sólo vemos la vida relativa, la que tenemos dentro, no la de Dios, de la que la nuestra es sólo una parte.


Falta de juicio porque el juicio nos quita realidad. Hacemos que la realidad dependa de una opinión, de unos intereses. Cuando el juicio existe, todo lo demás lo hace a través de él.


Entonces, pongamos atención. Habiendo eliminado el juicio y el ruido, ya no somos nosotros atentos, no nosotros, el que lleva nuestro nombre y se gana la vida de tal manera, etc. Nos convertimos en Atención Pura. Esa es la visión de Dios.


No nos involucraremos, pero sabremos qué siente cada parte, aunque no simpatizaremos ya con ninguna (no juicio), porque lo hemos experimentado. Y veremos las situaciones desde todos los ángulos, y en este modo de ver se descubre el equilibrio en todo, hasta la visión más dantesca o descabellada, porque ya no tendrá estos adjetivos. Serán situaciones en las que todo mantenga a las otras partes y a la vez sea sustentado por ellas, y en cualquier cosa veremos la responsabilidad del inocente y la inocencia del culpable, hasta que todo sea en sí mismo lo que es porque está vinculado con lo demás y no habrá nada que falte ni que sobre. Todo serán piezas de puzzle y cualquier conjunto de ellas serán el puzzle, realizándose.


¿Qué se puede pensar de una pieza de puzzle? ¿Es mala o buena? Sólo debe encajar en el sitio destinado a ella.


Veremos puzzles emocionales. ¿Te imaginas qué es ver eso?


Es como una película, un drama, donde hay sádicos, víctimas, ricos, pobres, gente que avanza y gente que retrocede.


En cualquier puzzle emocional si una pieza existe lo hace también la que se acopla a ella, aunque se creen otras dos piezas duales entre ellas que hagan la apariencia de que las otras dos no tienen nada que ver.


Pero al observar en silencio, sin juicio y con atención, nada se excede, es igual la intensidad de agresividad que de victimismo, de sadismo que de masoquismo, sólo que el puzzle emocional se hace en diferentes niveles de consciencia. Tal vez el sádico sabe que lo es, y por eso el ser físico que vemos como sádico, desarrolle este sadismo en base a su dominio y la víctima no sabe que lo es y desarrolla su faceta masoquista a expensas del control del sádico.


Ejercicio:

Respira hondo y consciente las veces que necesites para ser dueño del ritmo de ti mismo, con ello sacarás el juicio y llegarás al silencio, y entonces atenderás a lo que veas sin criterio, y así descubrirás los entresijos de la Conciencia Divina, donde la injusticia no existe, porque observarás con una atención que no es humana.


Graciela Bárbulo
Extracto del libro "Mundos de Éter"
(http://www.gracielabarbulo.com/libros.htm)

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LIBERACIÓN DE TENDENCIAS RECURRENTES


Llamamos “tendencias recurrentes” a todas aquellas tendencias personales que van en detrimento de nuestra identidad y suceden recurrentemente. Al decir identidad, nos referimos a nuestra auténtica naturaleza, aquella con la que nos sentimos identificados y no supone ningún conflicto con nuestras emociones, ideales, opiniones… En este caso, se trataría de ir afines a nuestra auténtica realidad profunda, de forma que nos realicemos a cada paso desde nuestra más genuina identidad, reafirmándonos en nuestra naturaleza más pura, en la Verdad de quienes Somos.

Sin embargo, es común que a lo largo de nuestras vidas nos sucedan cosas que, aunque tal vez nos pasen desapercibidas en su momento, representen el estímulo de situaciones o comportamientos que, a partir de este momento, iremos arrastrando toda nuestra vida, preguntándonos: ¿por qué yo, cada vez que… siempre me sucede como consecuencia…? (y eso me hace sufrir).

¿Eres de esas personas que siempre que confían en una persona, ésta les traiciona? ¿Te sucede que cada vez que tienes una nueva pareja, te trata de modo que te hace sufrir, por ejemplo, te engaña o te menosprecia? ¿Te aterra hablar en público?…

Este sistema de sanación trata de liberar “eso” negativo que parece que nos pasa siempre ante una situación o actuación concreta, a lo que parecemos estar abocados y nos hace daño.

La persona a la que le sucede “eso” no eres Tú. “Eso” que parece que forma parte de ti, o de tu suerte, es algo que surgió en un momento dado para que pudieras sobrevivir en un determinado entorno o situación.

Tu naturaleza genuina no lleva incorporada esta tendencia, pero en algún momento algo sucedió que provocó que fuera necesaria una actitud específica para poder formar parte de algo a lo que creíste pertenecer. Las personas involucradas con este entorno te dañaron, de forma que tú, para permanecer formando parte de “aquello” adoptaste una actitud concreta a través de la cual ya lograbas sentir que tenías cabida.

Estas tendencias suelen haber sido creadas de niños, es por eso que lo más frecuente es encontrar el punto de partida en las figuras de los padres, aunque también cabe la posibilidad de encontrarla en personas aparecidas posteriormente. Cuando más pequeña en edad es la persona que adopta una tendencia recurrente, más enquistada está y, por lo tanto, más trabajo cuesta sacarla. En estos casos es posible tener que hacer varios ejercicios de liberación de la tendencia, puesto que al ir investigando en nuestra memoria emocional, solemos encontrarnos no sólo el punto de origen, si no también situaciones que, a lo largo de nuestra vida, han ido afianzando esta tendencia en diferentes situaciones. En todo caso, es bueno saber que, tras cada ejercicio, la tendencia se va debilitando, hasta finalmente lograr liberarse completamente. Es decir, cada vez que trabajes en ello, lograrás resultados irreversibles.

Algunos ejemplos de “Tendencias Recurrentes”:

  • Un padre humillaba siempre a su hija, entonces ella, dado que sentía que el lugar emocional al que pertenecía era “ser su hija”, aprendió a mostrarse inferior de lo que realmente era. Se humillaba ella sola para ser aceptada. Finalmente, atraía parejas que le permitieran seguir con su papel de víctima, es decir, personas violentas que la menospreciaban.

  • Un niño se sentía inferior a su hermano, porque él era más inteligente, entonces el primero adoptó la actitud de mentir para hacerse interesante, con lo que nadie le creía nunca. Finalmente, adoptó una pose de mentiroso, y atraía personas más inteligentes que descubrían sus mentiras, afincando así en su identidad la tendencia de mentiroso, y las experiencias siempre le mostraban que era inferior a los otros.

  • Le decían de adolescente, en casa, que nunca encontraría pareja, porque era muy gordo, entonces cada vez que conocía a alguien que le gustaba, tendía a comer indiscriminadamente debido a la ansiedad de volver a dar esa imagen, con lo que engordaba, y lograba reproducir en cada intento la realidad que había ingresado en su identidad.

  • Su madre le apabullaba hablando cuando ella quería decir algo, y cuando la niña conseguía expresarse, la interrumpía siempre y se mofaba de lo que había dicho, aún con otras personas delante. Finalmente, esta niña desarrollo tartamudeo y pánico escénico.

  • Un niño con mucha creatividad creció junto a una figura paterna que constantemente bloqueaba sus impulsos creativos. El impulso interno de este niño era pegarle, pero sabía que no podía. Finalmente, generó una tendencia a los tics nerviosos.

  • Cuando era niña y se disgustaba, su madre, lejos de servirle de consuelo, apoyo y alivio, le amenazaba si lloraba, y si no podía parar, le pegaba. Cuando sentía alegría, mostraba una ira irrefrenable y le impedía llevar a cabo aquellos proyectos que le provocaban su felicidad. Finalmente, encontró un hombre egoísta y carente de empatía, junto al cual tendría que reprimir sus vivencias emocionales internas, en lugar de darse el placer de compartirlas, porque él se las castigaba emocionalmente.

 Vamos a trabajar con la liberación de “eso que no eres tú”, y sin embargo “actúa a través de ti”.


  Ejercicio de Liberación de Tendencias Recurrentes:

Busca una postura cómoda. Te puedes tumbar. Respira profundamente varias veces, mientras te adentras con tu mente y tus emociones en la identidad con la que quieres trabajar. Y rememora “esa” tendencia de “ti” que surge recurrentemente y deseas eliminar.

Los pasos para este ejercicio son:

  
- Identificar esa situación recurrente que no nos deja avanzar


- Re-conocer (darse cuenta) que fue creada por nosotros mismos, para cubrir una necesidad. En ese momento de creación la necesitábamos para “sobrevivir” (en un entorno concreto, ante una ilusión concreta, como protección de una amenaza psicológica…).


 - Desgajarla de quien “yo soy”, desinvolucrarla de nosotros y plantarla ante nuestra consciencia.


- Hurgar en el punto de partida (cuando fue imprescindible para sobrevivir), y trabajar a fondo con todos los recuerdos a nivel de sentimientos, miedos, necesidad de apoyo,… que nos hizo crear esa “identidad” de nosotros mismos, con el fin de acoplarla a un puzle en el que nosotros, tal cual éramos genuinamente, no teníamos cabida.

- Viajar desde el momento en que fue necesaria esa identidad a través de todo el recorrido en que nos fue acompañando, en nuestra vida, imponiendo su presencia, privándonos de tantas posibilidades de vivir en consonancia con quienes “sí” somos aunque estábamos obstruidos por ella.

- Reconocer a esta identidad que..
  1. La creamos nosotros mismos
  2. En el momento de su creación cumplió una función imprescindible para nosotros.
  3. Ya no la necesitamos. Ahora esta energía que la compone puede volver al todo, a su origen. Ya cumplió su misión. Estamos agradecidos, pero nos tenemos que despedir de ella.
  4. Elevarla hacia nuestro Ser Superior y sentir cómo ya no es parte de nosotros (es normal sentir una especie de sensación de desamparo, de añoranza -ahora nos hemos quedado un poco solos-).
  5. Sentir “quién se es” liberado de esta identidad.  

¡Sé quien Eres!


Graciela Bárbulo
(Canalizado 03/11/10)



















  

2 comentarios:

  1. muy precisos los mensajes, me resuenan absolutamente. Me llegaron con oportunidad y me resultan muy útiles. Me gustaría leer los libros, pero no sé si están en Argentina.
    besos
    Luis Barraza

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    1. Hola, Luis. Perdón el retraso en la respuesta.
      Me alegra resonar contigo.
      Puedes bajar algunos gratuitos aquí: http://www.bubok.es/autores/gracielabarbulo
      Un abrazo.

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