martes, 25 de agosto de 2015

Qué harás


Cuando veas, tras toda apariencia, la ausencia de definición de eso mismo, y comprendas que no hay nada allá fuera, que todo eres tú, entonces…, ¿qué harás?


Graciela Bárbulo


El alma despierta


Quien no se ha planteado la mentira de la vida, no ha sufrido conflictos imposibles de solucionar dentro de la vida.


El despertar no es de la mente, es del alma.



jueves, 20 de agosto de 2015

Sueños en Sueños

Cuando, dormido, sueñas, lo que sucede es que creas un espacio inferior a tu mente dentro de ésta.

Este espacio donde se desarrolla el sueño es mental. Tú cuerpo no está ahí pasando por las aventuras que sueñas. Todo se desarrolla en una mente más pequeña que la de tu humano, con sus propias leyes. Mientras estás en el personaje de tu sueño, estás encerrado en las aventuras que se desarrollan en torno a ti, sin tener posibilidad de modificar nada.

Sin embargo, si tu sueño fuera lúcido, podrías intervenir en él y cambiar cualquier cosa. ¿Por qué? Porque quien estaría interviniendo no es el personaje sumergido en la mente, sino el personaje de mayor vibración, dentro de cual se ha creado éste, con su propia mente, mayor que la del sueño, dentro de la cual se ha creado ésta.

De tal forma, podemos intervenir en un nivel de fantasía únicamente desde ‘más arriba’ que él.

Ahora bien, tú, como humano (personaje de mayor vibración), tienes una vida, con sus propias leyes y circunstancias particulares. Y algunas de estas circunstancias representan un problema para ti, pero no sabes modificarlo. ¿Por qué? Porque, del mismo modo que el personaje del sueño no podía intervenir en éste desde su posición, inmerso en el mismo sueño, formando parte (uno) con él, tú no puedes intervenir en tu propia realidad.

Y en ambos casos se trata de una misma cosa. Esta realidad en la que yo escribo este texto y tú lo lees es, de nuevo, mente. Nada es más real de lo que lo es para ti.

Si es todo mente, ¿de dónde surgen los pensamientos? Los pensamientos son partículas de esa misma mente. Del mismo modo que una nube está compuesta de partículas de agua en constante vibración, así el mundo mental está compuesto de partículas-pensamiento. Y éstas, como las partículas de la nube, viajan dentro de la nube-mente, dentro del sueño. Ellas flotan y muestran sus múltiples aspectos, pero tú tienes sólo un ángulo de visión, de manera que percibes únicamente un aspecto en particular.

¿Cómo me libero de los pensamientos? Saliendo de la mente.

¿Entonces esos pensamientos son míos? Depende qué consideres que eres tú. Si estás dentro de la nube-mente, te pertenecen, porque has configurado tu imagen dentro de ellos, con ellos, de ellos. Y éstos son los que te dan vida e impulso para tirar hacia un lado o hacia el otro.

¿Entonces, en ninguno de los dos casos existiría el libre albedrío? No, si eres el personaje de dentro. Sí, si te observas desde un nivel superior que esté fuera y lo envuelva.

Es decir, si tú, en tu sueño dormido puedes lograr una lucidez tal que te haga comprender que es un sueño, te pones en contacto con el humano que sueña. Entonces, otorgas a este humano la consciencia de saber que “en su interior” se está produciendo una fantasía. Y, desde este punto de vista, puede intervenir, porque esta fantasía es más pequeña que él.

Del mismo modo, como humano, también eres un personaje dentro de una nube-sueño, rodeado de pensamientos que se adentran en ti y te impelen a moverte en una dirección determinada, a tener diferentes emociones, sensaciones y pensamientos. Pero todo ello es inconsciente; está dirigido de manera automática. Sólo es posible que el humano salga de estas circunstancias si permite a una mente superior tomar conocimiento del sueño. Y esto sólo puede suceder si, como personaje humano, despiertas. En ese momento, abres tu sueño a tu mente superior, y le permites conocer tu sueño, tus circunstancias, tus temores, tus deseos… Y es desde aquí que el ser superior al humano ya puede observar, que está en disposición, siempre bajo solicitud del personaje, de proveer a éste de todo lo necesario para que se lleven a cabo los cambios que desea/necesita.

¿Y esta Mente Superior está, a su vez, confinada a una visión ilusoria, con unas circunstancias y pensamientos específicos? Sí, pero su nivel de vibración está liberado del sufrimiento. Se trata de una Mente Multidimensional, de forma que el tiempo y el espacio no existen para su personaje (tu Ser), puesto que en su vibración todo es Aquí-Ahora. De tal modo, se ve cualificado para proveerte, como humano que sufre conflictos, de un cambio de circunstancias instantáneamente, aunque dentro del mundo mental del humano (es decir, tu vida) tardarán en suceder, puesto que tienen que representarse bajo las pautas que impongan las leyes de tu mundo vibratorio. Y en tu mundo, de tiempo-espacio, lo que ya existe a un nivel de vibración más elevado necesita configurar unas circunstancias que le permitan su materialización.

Pero lo que sí es seguro es que toda petición, si no se contradice por el camino, es, no sólo respondida, sino mantenida. Y la realidad inferior, hacia donde se haya proyectado, acabará representándola.

¿La conclusión? Despierta. Toma conciencia de que todo tu mundo es una fantasía. Si sufres por algo que no puedes modificar dentro de las leyes del mundo creado en tu mente, recuerda que existe una versión superior a ti que envuelve todo lo que vives y sientes que eres. Abrete a ella y permite el contacto de los dos niveles, de las dos conciencias. Cuando este contacto esté realizado, ambas conciencias estaréis interesadas en lo mismo; pero ella puede proveértelo, cuando tú sólo no puedes.

Tú eres el personaje que está en el sueño que duermes por la noche y, de la misma forma, eres el Ser en el que estás dormido. El personaje de tu sueño puede abrir un canal hacia fuera del sueño y ponerse en contacto contigo. Tú puedes abrir un canal desde lo que llamas “mi mundo” y ponerte en contacto con tu Ser. Más de lo que tú puedes hacer con el personaje de tu sueño puede hacer tu Ser contigo, porque cada vez que ascendemos de nivel vibratorio liberamos presión.

En todos los casos estamos dentro de mentes, con sus pensamientos. ¿Que diferencia los pensamientos del Ser de los tuyos como humano? Los tuyos son restrictivos e impositivos mientras estés dormido, es decir, creyéndote tu vida. Los del ser son liberadores e independientes (es decir, no se imponen). La Mente del Ser abarca más dimensiones que las tres de tu mundo, y esto implica libertad y falta de opresión. El Ser es, en todo momento, lo que quiere, y también su mundo está bajo su orden. Y fuera de tu mente, dentro de la Suya, ningún pensamiento de tu vida te abrumará; todos serán creativos, amorosos, saludables, armoniosos, y de abundancia.

El Ser Superior se durmió, pero Él, al igual que tú, no se puede despertar a sí mismo. Así que si ya te has cansado de Su sueño, sólo puedes despertarle tú. Él, entonces, te dará la posibilidad de modificar tus circunstancias o, mejor, de ir saliendo de éstas de manera acorde a las leyes de tu mundo.


Graciela Bárbulo


Imagen: “Unión Divina”, de Frejdun Rassuli 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Vaciar la mente para Ver

La mente es como una casa de cristal amueblada.

Cuantos más muebles tengamos, más polvo se acumula y más difícil resulta ver el exterior. 

Nuestros muebles pueden ser agradables para nosotros mismos (con lo cual, acogedores para todo aquel que nos visite), o pueden ser hostiles e incómodos para todos.

A medida que vamos quitando los muebles, se va limpiando también el espacio. 

Los muebles son nuestras emociones, el polvo es la otra cara de la dualidad que éstas implican. 

El objetivo es que llegue un momento en el que podamos ver, a través de los cristales, el exterior. 

El exterior es La Realidad.




lunes, 10 de agosto de 2015

Vacío

Todo está vacío.
Lo lleno de mí.




Le amó

Le amó como el fuego
a la madera,

como el polvo que se esfuma
en el viento
de la noche.

No hubo día, sólo
brasas.



Graciela Bárbulo


Nace el Verbo

La Realidad es El Todo conceptualizado desde La Nada. 

Todo/Nada se convierte en algo concreto cuando una concepción de Ello emerge y lo ‘mira’. 

Entonces, ese enfoque se convierte en ‘yo’, y lo que ‘yo’ transita queda convertido en circunstancia. En la circunstancia está ‘tú’.

Entonces, nace el Verbo. 


Eso es la vida.