Cuando, dormido, sueñas, lo que sucede es que creas un
espacio inferior a tu mente dentro de ésta.
Este espacio donde se desarrolla el sueño es mental. Tú
cuerpo no está ahí pasando por las aventuras que sueñas. Todo se desarrolla en
una mente más pequeña que la de tu humano, con sus propias leyes. Mientras
estás en el personaje de tu sueño, estás encerrado en las aventuras que se
desarrollan en torno a ti, sin tener posibilidad de modificar nada.
Sin embargo, si tu sueño fuera lúcido, podrías intervenir
en él y cambiar cualquier cosa. ¿Por qué? Porque quien estaría
interviniendo no es el personaje sumergido en la mente, sino el personaje de
mayor vibración, dentro de cual se ha creado éste, con su propia mente, mayor
que la del sueño, dentro de la cual se ha creado ésta.
De tal forma, podemos intervenir en un nivel de fantasía
únicamente desde ‘más arriba’ que él.
Ahora bien, tú, como humano (personaje de mayor
vibración), tienes una vida, con sus propias leyes y circunstancias
particulares. Y algunas de estas circunstancias representan un problema para
ti, pero no sabes modificarlo. ¿Por qué? Porque, del mismo modo que el
personaje del sueño no podía intervenir en éste desde su posición, inmerso en
el mismo sueño, formando parte (uno) con él, tú no puedes intervenir en tu
propia realidad.
Y en ambos casos se trata de una misma cosa. Esta
realidad en la que yo escribo este texto y tú lo lees es, de nuevo, mente. Nada
es más real de lo que lo es para ti.
Si es todo mente, ¿de dónde surgen los pensamientos?
Los pensamientos son partículas de esa misma mente. Del mismo modo que una nube
está compuesta de partículas de agua en constante vibración, así el mundo
mental está compuesto de partículas-pensamiento. Y éstas, como las partículas
de la nube, viajan dentro de la nube-mente, dentro del sueño. Ellas flotan y
muestran sus múltiples aspectos, pero tú tienes sólo un ángulo de visión, de manera
que percibes únicamente un aspecto en particular.
¿Cómo me libero de los pensamientos? Saliendo de la mente.
¿Entonces esos pensamientos son míos? Depende qué consideres que eres
tú. Si estás dentro de la nube-mente, te pertenecen, porque has configurado tu
imagen dentro de ellos, con ellos, de ellos. Y éstos son los que te dan vida e
impulso para tirar hacia un lado o hacia el otro.
¿Entonces, en ninguno de los dos casos existiría el
libre albedrío? No, si eres el personaje de dentro. Sí, si te observas desde un nivel
superior que esté fuera y lo envuelva.
Es decir, si tú, en tu sueño dormido puedes lograr una
lucidez tal que te haga comprender que es un sueño, te pones en contacto con el
humano que sueña. Entonces, otorgas a este humano la consciencia de saber que
“en su interior” se está produciendo una fantasía. Y, desde este punto de
vista, puede intervenir, porque esta fantasía es más pequeña que él.
Del mismo modo, como humano, también eres un personaje
dentro de una nube-sueño, rodeado de pensamientos que se adentran en ti y te
impelen a moverte en una dirección determinada, a tener diferentes emociones,
sensaciones y pensamientos. Pero todo ello es inconsciente; está dirigido de
manera automática. Sólo es posible que el humano salga de estas circunstancias
si permite a una mente superior tomar conocimiento del sueño. Y esto sólo puede
suceder si, como personaje humano, despiertas. En ese momento, abres tu sueño a
tu mente superior, y le permites conocer tu sueño, tus circunstancias, tus temores,
tus deseos… Y es desde aquí que el ser superior al humano ya puede observar,
que está en disposición, siempre bajo solicitud del personaje, de proveer a
éste de todo lo necesario para que se lleven a cabo los cambios que
desea/necesita.
¿Y esta Mente Superior está, a su vez, confinada a
una visión ilusoria, con unas circunstancias y pensamientos específicos? Sí, pero su nivel de vibración
está liberado del sufrimiento. Se trata de una Mente Multidimensional, de forma
que el tiempo y el espacio no existen para su personaje (tu Ser), puesto que en
su vibración todo es Aquí-Ahora. De tal modo, se ve cualificado para proveerte,
como humano que sufre conflictos, de un cambio de circunstancias
instantáneamente, aunque dentro del mundo mental del humano (es decir, tu vida)
tardarán en suceder, puesto que tienen que representarse bajo las pautas que
impongan las leyes de tu mundo vibratorio. Y en tu mundo, de tiempo-espacio, lo
que ya existe a un nivel de vibración más elevado necesita configurar unas
circunstancias que le permitan su materialización.
Pero lo que sí es seguro es que toda petición, si no se
contradice por el camino, es, no sólo respondida, sino mantenida. Y la realidad
inferior, hacia donde se haya proyectado, acabará representándola.
¿La conclusión? Despierta. Toma conciencia de que todo tu mundo es
una fantasía. Si sufres por algo que no puedes modificar dentro de las leyes
del mundo creado en tu mente, recuerda que existe una versión superior a ti que
envuelve todo lo que vives y sientes que eres. Abrete a ella y permite el
contacto de los dos niveles, de las dos conciencias. Cuando este contacto esté
realizado, ambas conciencias estaréis interesadas en lo mismo; pero ella puede
proveértelo, cuando tú sólo no puedes.
Tú eres el personaje que está en el sueño que duermes por
la noche y, de la misma forma, eres el Ser en el que estás dormido. El
personaje de tu sueño puede abrir un canal hacia fuera del sueño y ponerse en
contacto contigo. Tú puedes abrir un canal desde lo que llamas “mi mundo” y
ponerte en contacto con tu Ser. Más de lo que tú puedes hacer con el personaje
de tu sueño puede hacer tu Ser contigo, porque cada vez que ascendemos de nivel
vibratorio liberamos presión.
En todos los casos estamos dentro de mentes, con sus
pensamientos. ¿Que diferencia los pensamientos del Ser de los tuyos como
humano? Los tuyos son restrictivos e impositivos mientras estés dormido, es
decir, creyéndote tu vida. Los del ser son liberadores e independientes (es
decir, no se imponen). La Mente del Ser abarca más dimensiones que las tres de
tu mundo, y esto implica libertad y falta de opresión. El Ser es, en todo
momento, lo que quiere, y también su mundo está bajo su orden. Y fuera de tu
mente, dentro de la Suya, ningún pensamiento de tu vida te abrumará; todos
serán creativos, amorosos, saludables, armoniosos, y de abundancia.
El Ser Superior se durmió, pero Él, al igual que tú, no
se puede despertar a sí mismo. Así que si ya te has cansado de Su sueño, sólo
puedes despertarle tú. Él, entonces, te dará la posibilidad de modificar tus
circunstancias o, mejor, de ir saliendo de éstas de manera acorde a las leyes
de tu mundo.
Graciela Bárbulo
Imagen: “Unión Divina”, de Frejdun Rassuli
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