Somos Creadores de nuestra realidad personal.
Dependiendo de dónde enfoquemos nuestra atención, podemos llevar a cabo dos modos de creación. Nos referiremos a ellas como: Creación horizontal y Creación vertical:
1- Creación horizontal:
Es el modo de Creación que llevamos a cabo cuando nuestra Atención está puesta en el mundo tridimensional en el que estamos inmersos. Se produce partiendo de una necesidad, por una sensación de carencia de algo que existe en nuestro entorno pero que no reconocemos en nuestra realidad personal, y a partir de ese momento se genera en nosotros un deseo para que forme parte de nuestra vida o persona.
Este tipo de Creación se realiza a través del tercer ojo, y trabaja dentro del campo energético en el que estamos inmersos. Es decir, recogemos el modelo de la propia realidad que percibimos, tanto material como emocional y/o psicológica.
En la Creación horizontal somos muy susceptibles a participar del inconsciente colectivo: tradición, religión, ideas políticas, hábitos grupales, socioculturales, expectativas de los otros, preocupación por la propia imagen,… Todo ello, cosas que nos privan de desarrollar una identidad propia genuina y nos hacen entrar en la espiral de un mundo dual de competitividad.
El modo en el que se lleva a cabo la “Creación horizontal” es el siguiente: Desde el tercer ojo, ponemos nuestra atención en la imagen que queremos atraer a nuestra realidad personal. Este proceso se lleva a cabo mediante la “RESPIRACIÓN”: Inspiración y Expiración de la energía de este chakra del tercer ojo.
Plasmamos una idea en nuestra mente (la recogemos de nuestra memoria, o de una visión directa de nuestro mundo), y entonces inspiramos, retenemos esa imagen y expiramos. En el proceso de Inspiración, atraemos la realidad de aquello en lo que hemos fijado nuestra atención. Al Retener, lo fijamos en nuestro campo energético, lo convertimos en algo nuestro, y a través de la Expiración lo proyectamos hacia nuestra “Realidad Potencial”.
Pero en esta “Realidad Potencial” hay Sumas y Restas. Es decir: si a esa Imagen conseguida la “impregnamos” de amor, ilusión, seguridad en el hecho de merecerlo, y todo tipo de vibraciones positivas, le estamos añadiendo la posibilidad de una rápida expresión en el mundo de la materia. En cambio, si la impregnamos de vibraciones negativas, como temor a fracasar, desconfianza, envidia y recelo hacia quienes ya lo poseen, sensación de que no es justo tener tanto en un entorno de carencias, creencias sociales, culturales o religiosas que nos culpabilizan, que nos juzgan negativamente si lo logramos, etc., entonces, restamos a esa realidad “ya creada”, unidades de negatividad, y eso retrasa su expresión hasta el punto en el que puede ser que nunca suceda, nunca se represente. Tendríamos que soltarnos de esos apegos de Miedo (falta de autoestima, envidia, desconfianza, culpa, vergüenza,…), para Despegar con nuestra Creación y percibir la representación en nuestra realidad de esa Visión “inspirada” a través de nuestro tercer ojo.
2- Creación Vertical:
Pero también podemos volver nuestra Atención hacia arriba, y ponernos en contacto con la Energía Pura, sin cualificar, de dimensiones más sutiles.
En este caso, no creamos formas, no visualizamos una Creación tridimensional. Únicamente atraeremos Luz y Pureza hacia nuestros cuerpos (físico, etérico, mental, emocional), de forma que se limpien todos estos conflictos que nos impiden “Despegar” y nos mantienen anclados en una vida que no deseamos conscientemente, una vida de fracaso, temores, pobreza, … Y la Limpieza derivada de la conexión con esta energía, que baña todo aquello mal cualificado en nuestra identidad, permite /provoca que lo que nos había impedido “Despegar” se vaya borrando, ayudando a descubrir la realidad que hemos atraído basados en el amor de la atracción . Y, aún más, llegarán a nuestra vida unos potenciales y realidades que no habíamos visualizado en nuestra visión “horizontal”, puesto que no pertenecen al mundo tridimensional, sino a dimensiones más sutiles. Esta nueva realidad llenará nuestros sentidos de regocijo, de manera que todo lo que nos rodee lo sentiremos como un tesoro, puesto que estaremos creando en nuestro interior la consciencia de “Yo Soy”, limpia de conflictos y ataduras, que nos permitirá sublimar la nueva situación vital que se derive de esta experiencia.
Y entonces nuestro interior se verá continuamente enriquecido con regalos* que ni esperamos ni soñamos, por ser mucho más elevados que nuestros sueños lineales, horizontales (trabajados con el tercer ojo), aunque con frecuencia invisibles para aquellos que vibren a una frecuencia más baja que ellos.
*En el momento en el que estaba en este punto exacto del texto, repentina e inesperadamente recibí un regalo “emocional y material”.
Graciela Bárbulo
(Canalizado 02/01/11)
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