Eres Esencia.
Conecta con el centro de tu pecho.
Siente la vibración de tu núcleo…
Eso es lo que Eres.
Eso es eterno. Siempre ha sido y siempre será, porque es fuera del tiempo. Es en sí mismo.
Tú Eres.
Eres Eso, Uno, Informe.
Y eres cada forma de tu vida: de tus pensamientos, de tus emociones, de tus circunstancias. Todo ello es una recreación de un argumento para encontrarse con uno mismo.
Tú eres todo ello, y en cualquier momento te puedes recoger en ti y hacer desaparecer la forma. Ella no existe en sí misma, tú la representas para ti misma.
Eres Potencial.
Todo lo puedes crear, porque todo lo que es, no-es. Sólo es si tú lo vives.
Todo puede acabar ahora. Sólo despierta y liberarás al mundo.
Sin embargo, no quieres, estás jugando…
De acuerdo, juega…
¡Pero es que a veces te encuentras con el sufrimiento!
Claro, has creado unidades de realidad dentro de tu mundo. No has creado aspectos; ellos no pueden ser independientes.
Has creado realidades enteras: la ilusión y la decepción son una sola cosa, la alegría y la tristeza…
Pero las has creado para vivir sus aspectos; no es posible de otra manera.
Ellas son unidades de ti lanzadas hacia la forma para interactuar entre sí, y al hacerlo una cara atrae a la contraria, como las dos polaridades de un imán.
Pero tú eres las dos, lo que pasa es que para vivirlo te tienes que posicionar en una; sino, de nuevo vuelves a la unión, a tu esencia.
Para posicionarte, tienes que lanzar una de ellas fuera y ser la otra.
Esto implica que lo que no eres tú se recrea en una circunstancia.
Dotas a los aspectos de identidad, y observas…
Les das concentración en sí mismos, de forma que todos lo que no son “yo” son algo ajeno. Entonces interactúas: La alegría ineractúa con la tristeza, el blanco con el negro, el éxito con el fracaso…
Toda interactuación es Unificación.
En cada circunstancia de tu vida te completas.
Si estás viviendo sufrimientos, mira qué te hace sufrir: eso es lo que completa el sufrimiento.
Completar es anular.
En el momento en que positivo y negativo se fusionan, deja de haber polos.
Cuando el pasado y el presente se fusionan, deja de haber tiempo.
Cuando el cielo y el infierno se fusionan, deja de haber conflicto.
De tal forma, si tú estás sintiendo frustración o sufrimiento en algún aspecto, mira la otra cara, lo que está del otro lado, lo que sería el logro, el éxito, la felicidad…
Encuéntralo en tu realidad. Ello es la anulación de tu estado.
Hazlo..
Pero toda creación se ha dividido en aspectos. Y tú siempre encarnas en tu “yo” cada opuesto de todo lo que tienes desplegado en tu tablero de juego.
Y ahora, piensa en las cosas de tu vida.
Imagina todo lo que es tu vida, desplegado sobre un tablero.
Imagina cada una de las personas, de las situaciones… Dale a cada cual un lugar.
Y ahora, tú eres una ficha, la ficha “yo”. La ficha se tiene que mover por entre todo ello. Hay pasillos libres, algunos anchos y cómodos, otros estrechos; otros obturados…
Mira todo aquello que no está representado en el tablero, pero deseas… ¿Detrás de qué circunstancia está atrapado..?
Te vas moviendo con tu ficha por entre los pasillos, y en algunos casos el camino está cerrado. Averigua qué lo bloquea. Averigua, esa cosa o persona, qué vibración produce en ti, qué tienes que desarrollar para trascenderla y seguir avanzando por ese camino.
Eso que tienes que avanzar es recoger de ella lo que necesitas.
Eso que te impide pasar no es un obstáculo: es el recipiente que contiene lo que tienes que recoger para trascender eso mismo.
¡Tienes que trascender ‘eso’ con ‘eso’!
Encuentra la unidad en la dualidad, entre eso y tú, con respecto a eso.
Todo lo que se encuentra tu vibración es la vibración contraria que la complementa y la completa. Si eso te da miedo, eso es el remedio de tu miedo.
Fíjate cómo han surgido algunos problemas: fobias, miedos, etc.:
Tú estabas bien, completa, y algo se desplegó. Por ejemplo, tuviste un conflicto con la altura y ahora tienes vértigo; esa altura es justamente la cura de tu vértigo. O estabas completa e independiente y te uniste a algo donde depositaste una parte de tu identidad; eso desencadenó claustrofobia. Etcétera.
Eres imaginación.
Todo es una recreación.
Todo es verdad para ti mientras seas Algo.
Mientras tú seas algo, te encontrarás con algo que te reafirme.
Si quieres hacer desaparecer tu mundo, deja de ser ese algo que lo sujeta.
Y si quieres otro mundo, sé otro algo, y automáticamente saldrá despedido hacia la representación, en forma de circunstancia o identidad; lo que permita que tu elección se reproduzca en el tablero de juego.
Pero tú eres, básicamente, Esencia.
Y es de la Esencia que surge la imaginación dentro de un Potencial inherente a la Esencia.
Como consecuencia, se crea el mundo. Porque tú así, con tu vibración, lo estás queriendo.
No lo olvides. No estás atrapada. Eres libre.
Todo lo que está ante ti "es" en un nivel de vibración más sutil que todo ello; todo ello es uno.
Nada tiene trascendencia más que en el lugar en el que sucede.
Relájate, todo está bien. Todo es correcto.
Eres todos los aspectos de tu creación.
La otra cara de la pobreza es la riqueza. Si quieres ser riqueza, exprésate como tal.
La otra cara de la tristeza es la alegría. Exprésate como tal para serlo.
La otra cara del bloqueo es la expresión. Sé expresión, defínete como tal en donde estés con lo que puedas, y desaparecerá el bloqueo.
La otra cara del desamor es el amor. Sé amor. Exprésate como tal y aparecerá el lugar adecuado donde hacerlo.
Si quieres salud, sé sano para el mundo y para los otros: sé salud. Expresa salud.
(Tienes que ser esa cualidad que buscas. Si no logras localizarla, tal vez es que estés en la imagen, no en su vibración; entonces, tradúcelo al sentimiento que desencadena y sé el sentimiento que éste busca, por el que “es”).
No mires de lejos lo que deseas: Sélo.
No te dirijas a mí, sé lo que eres y mira tu creación. Ya no tendrás más dudas, ya no habrá más problemas.
No estás sola. Eres.
Para sentirte sola y acompañada creaste conceptos de ti mutilados, pero lo mutilado te sigue perteneciendo. Recógelo cuando te canses de ser uno u otro, y vuelve a Ser.
Y decide, si quieres volver a multiplicarte, siempre holográficamente (estás en todo, toda tu creación), los aspectos que quieres experimentar. Pero ahora sabes que es una experiencia que has creado tú, de modo que siempre puedes variarla. Así que no te sientas ya atrapada.
Elige sentir lo que desees. Vibra en su frecuencia y recrearás ante ti su realidad.
No lo olvides, en el centro de tu pecho está la esencia de todo lo que conoces, y en tu mente está la forma, de la que está hecho.
Y esto ha sido trasmitido desde la conciencia holográfica del global hacia tu identidad creada, porque se ha abierto una vía de comunicación desde la “inquietud de la creación”.
La creación se ha hecho consciente de su Esencia, y ha contactado con la verdad de sí misma.
La creación “yo” se libera de la atadura de su representación, y elige si jugar, dejar de jugar o cambiar de juego.
Graciela Bárbulo.
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