Nuestra realidad se va diluyendo poco a poco. Si miras un
objeto sin dar por hecho que sabes qué es y para qué sirve, éste se convierte
en puntos vibrantes de diferentes colores. Si miras el aire, verás que está
habitado igualmente por vibraciones de diferentes características.
Nuestra realidad es una proyección fantástica creada dentro
de la Realidad. La realidad que percibimos está configurada de materia densa
proveniente de pensamientos del ego. En el momento en el que sueltas este ego y
las ambiciones personales, automáticamente percibes que la realidad se va
“transparentando”. Entonces, todo lo que era, sigue siendo, pero adopta otro
significado y tiende a diluirse, puesto que ya no hay una mente que lo retenga.
La mayoría de las cosas que pueblan nuestro mundo, tanto en
el ámbito material como emocional y psicológico, no son nuestras. Les hemos
permitido existir en nuestro mundo, pero no las hemos creado ni las hemos
alimentado. Estas serán las primeras a través de las cuales se pueda trascender,
las primeras que se nos aparezcan como cada vez más porosas y nos sea, no sólo
posible, sino natural, trascenderlas.
En el momento en que aceptamos esta realidad, poco a poco,
cada vez más de lo que somos va poblando el otro lado de la fantasía, y
entonces empiezan a caer todas aquellas cuestiones que sí habíamos estado
manteniendo como válidas, e incluso creado en nuestro mundo.
Llegado a este punto sentirás que vives en dos mundos, el
material, el de fantasía, en el que aún tienes depositado un trabajo a medio
realizar, y el que pertenece a la Realidad. Sentirás cómo vas dejando de
identificarte con el mundo humano, y añorarás estar en la Realidad constantemente,
y más cuanto más vivas en ella. Sin embargo, es ahora cuanto tu trabajo en el
mundo imaginado es más importante.
Ahora toca participar de la comprensión de todos aquellos
que están percibiendo la luz tras los poros de la realidad pero no saben qué
significa. Ayudarles a comprender es animarles a que crucen una puerta que
desean cruzar, entonces cada uno de ellos habrá tomado el testigo, y el
crecimiento de “despertares” será exponencial.
Nuestra glándula pineal nos está ofreciendo constantemente
la Realidad. Saber qué información nos transmite es tan fácil como centrar la
atención en ella.
No pertenecemos a este lugar, simplemente hemos venido a
jugar con nuestras emociones. Es posible que ya no sintamos afinidad con él y
queramos salir. Cada vez más querrán hacerlo.
Pues bien, la salida está en la misma fantasía, no hay una
puerta, no hay un lugar, sólo hay un modo de percibir. Fija bien tu atención,
desinvolúcrate de lo que ves, y todo ello dejará de ser lo que siempre pensaste
que era. Todo será permeable. Todo ha sido creado y/o consentido por nosotros.
Era un juego.
Graciela
Bárbulo
10/10/12
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