Toda tu vida se recoge en un espacio interior que representa
el “punto” de creación de sus elementos y, a su vez, es el “punto” de
proyección.
Recoge lo que visualizas con los sentidos, interpretándolo como
“tu vida”, y llévalo hasta ese “punto”.
Medita…
Nada de lo que sucede en tu vida es ajeno a tu voluntad.
Nada, incluso lo que parece proceder de otras voluntades, lo que viene desde
fuera, aquello en lo que aparentemente están involucradas más personas, incluso
la sociedad, incluso el mundo… Porque tú
vives tu propia visión autocreada y, por lo tanto, experiencia de ese mundo. Y
es de este modo cómo se explica que tú eres el responsable de tu percepción.
Medita… Y encuentra el lugar en el que todo lo que te sucede
se gesta. Encuentra cada cosa de tu vida y descubre el vínculo con el desenlace
que te beneficia en alguna forma. Esto te llevará al punto de partida de su
creación.
Nada que te implique
a ti existe sin tu consentimiento. Entonces, en tu consentimiento existe,
solapado (inconsciente), un objetivo de tu espíritu para tu alma. Y todo ello
se desarrolla a través del humano, en sucesos específicos.
(Espíritu ¾>
subconsciente humano ¾> vivencias específicas del humano¾> alma)
Pero si eres capaz de vislumbrar hacia dónde te guía, de
manera beneficiosa, cada situación, cada hecho que se presenta en tu vida,
entonces te es posible llegar allí sin la pesadez de los acontecimientos
aparentemente impuestos. Entonces, te será posible iluminar el proceso del
porqué de su creación, y desde ese punto
podrás anular, incluso revertir, el dolor de llevar a cabo el proceso. Porque de
esta manera podrás ir, voluntariamente, hacia donde el espíritu pretende llevar
a tu alma, hacia donde tú, desde un nivel de consciencia previamente ignorado, te
dirigías para tu evolución, para tu sanación, que es tu liberación.
(Espíritu ¾>
consciente humano ¾>
vivencias específicas del alma)
Cuando logres, sinceramente, acceder al lugar de creación de
tu mundo, podrás descubrir el secreto de lo que hasta entonces habías
considerado avatares de la vida, destino o suerte. Desde ahí, en cada “punto”
que comprendas, desde cada lugar donde eso ocurra, te verás en la posibilidad
de revertir lo que desees, impulsar lo que quieras y vivir una vida feliz y
satisfactoria, creando tu realidad de manera voluntaria, y llevando el proceso
al que tu espíritu te estaba impulsando mientras lo caminabas a ciegas. Ahora
podrás hacerlo de forma voluntaria y
alegre.
Ejercicio
Busca un momento tranquilo,
respira profundamente, y céntrate en ese lugar interior hacia el que te lleva
tu respiración. Cuando, en esta meditación, diferentes situaciones de la vida
pasen ante de ti, acógelas. Vete congregándolas, una por una... Y cuando decidas
que el proceso ha terminado, dirígete hacia ese lugar de tu interior donde has
ido acumulando todas esas imágenes. Céntrate en él, con todo ello agrupado. Y ¡fíjate!,
es todo una sola cosa con diferentes facetas, con diferentes aspectos…
Medita: ¿Qué cosa es?
Céntrate en esta
cuestión y sigue atento, tu espíritu te está contestando, sólo permítete
escucharle. Cuando lo logres, todas estas situaciones irán perdiendo fuerza en
ti. Y en la vida, posteriormente, irán desvaneciéndose hasta desaparecer.
Entonces, te abordará un impulso de saldar la deuda que la presencia de estas imágenes
te requería, y tu vida se enfocará naturalmente en ello. A partir de este momento, podrás vivir
libremente o “crear” acontecimientos benévolos para transitar tu camino humano.
Respira… Hay un centro
en ti donde se congrega el “punto de partida” de tu aparente realidad. Tú mismo
lo has creado; está dotado de un sentido, y de ti depende… Sin embargo, el
lugar que ocupa todo ello te pertenece, es un espacio vacante en el que por
definición sólo existe vacío, y en él sólo encontrarás lo que tú le hayas incorporado.
Respira:
·
Inspira… Mantén
la respiración…
·
Expira… Mantente
vacío… ¡Ahí está!… ¿Lo localizas?
·
Respira de
nuevo…
Graciela
Bárbulo
26/06/12
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