miércoles, 4 de julio de 2012

El miedo es un obstáculo entre tu deseo y tu visión del logro.

Cuando imaginas una idea de algo que deseas conseguir, pero te da miedo porque al visualizarlo no logras percibirte como desearías, la diferencia entre tu idea y tu percepción de fracaso está separada por una maraña de creencias falsas sobre tu falta de valía. Estas creencias están tejidas a base de información que te ha ido llegando a lo largo de tu vida, información equivocada, pero que te has creído. Tú has sido quien le ha dado el poder; por lo tanto, sólo tú lo puedes retirar.


El modo de retirarlo es analizando, mientras visualizas la idea del fracaso de tu deseo, los impactos que se representan en tu cuerpo. Mantienes la vista en tu deseo y buscas la frustración, la ansiedad, el miedo…


La realidad es que entre tú y el logro hay un espacio colmado de luz. No se te habría pasado por la cabeza la idea si no fuera así. Todas las brumas que aparezcan ocupando ese espacio son, simplemente, mentiras. Son fantasía. Se podrían eliminar de un plumazo si fuera posible despertar a la verdadera identidad.


Entretanto, mantén la visualización en tu deseo y analiza tu cuerpo. Identifica, uno a uno, dónde se producen los bloqueos y de qué naturaleza son. Adéntrate en cada uno, según vayan surgiendo, conócelo y, si te es posible, viaja hasta el punto de partida, mira a ver dónde se generó y qué personas y momentos estuvieron implicadas en su creación. Al ver esto, se diluye, porque reconocerlo es darle luz, y la luz lo hace desaparecer debido a que son sombras.


Cuando finalices, volverás a mirar hacia tu deseo y te verás a ti mismo llevándolo a cabo, no sólo sin impedimentos, sino con felicidad, placer, soltura, y logrando todo ello también en las personas que pudieran tener que ver con él.


Si, en este ejercicio, no lograras desenmarañar la madeja, intenta averiguar si no es un deseo del ego, porque en este caso se trataría de sombras vinculándose con sombras y lo único que se lograría sería agrandar la madeja que nos separa de todo nuestro potencial.


Graciela Bárbulo
14/04/12

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