martes, 14 de octubre de 2014

Comprender

Cuando me quedé sola en el abismo
sin nada a qué aferrarme, 
con un ala rota 
y el viento azotando mi cuerpo, 
no me quedó más remedio
que comprender.

Y comprendí que no estoy sola, 
que el único abismo está en mi imaginación, 
que no hay dónde caer
y que no necesito alas, porque mi naturaleza es volar. 
Entonces, 
el viento cesó.



Graciela Bárbulo.


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