Imagínate:
Tú, Tu Ser Superior, tu persona física, una flor hermosa, una persona conflictiva, una situación estresante,...
Imagínate tu Yo Soy, tu Ser Superior, por encima de la persona física que eres en esta tercera dimensión. Imagínate que ese “Yo Soy” se derrama sobre tu persona física hasta el punto de conformarla. Pero tú, ese que eres en esta dimensión, no contiene todo lo que tu “Yo Soy” es/derrama. Entonces, ¿dónde ha ido a parar todo aquello que tu Ser Superior derrama y, sin embargo, no recoge tu ser físico?
Imagínate ahora:
- La flor hermosa: aunque la flor bonita es flor en sí misma, es decir, tiene su propia Esencia Superior, su hermosura existe en tanto que tú la percibas. Su hermosura es tu interpretación, es tuya; es decir, recae de tu Esencia Superior y vuelve a ti, que la interpretas. Y esa belleza es percibida por ti puesto que la has echado fuera, entonces puedes observarla. Su belleza es subjetiva, le pertenece a tu interpretación. Te pertenece a ti.
- La persona conflictiva: Esa persona lo es en sí misma, pero el conflicto es tuyo. Es una energía de tu propio Ser que, sencillamente, tu ser físico no asume, lo echa fuera. Eres tú quien percibe el conflicto porque es a ti a quien pertenece.
- La situación estresante: Esa situación existe en si misma. Ese estrés es una energía tuya que no asumes y, al ponerla fuera, fricciona con el resto de lo que sí has aceptado, desde tu Ser Superior, en tu persona física. El estrés es tuyo, pero no como estrés, sino como una energía que te completa.
Para liberarte, debes recoger todo aquello que te pertenece. Entonces todo lo que sea conflicto, estrés, belleza…, deja de serlo, porque la Cualidad se da en la Dualidad. Y la Dualidad existe cuando hay un punto de vista, una visión hacia otro algo igualmente dual. Ese es el caso siempre que algo de ti esté fuera de tu persona física, de tu vida 3D.
Al tener el conflicto en el otro, “eso” es justamente lo que tú no posees. Hay conflicto porque una cualidad tuya está fuera. Porque al estar fuera, la ves desde el otro lado puesto que tú no la tienes porque la has echado fuera.
Si lo acoges, dejará de ser conflicto, y además te completará en tu ser físico. Deja de ser conflicto porque al no estar aislado recupera la identidad mayor de la que forma parte, fusionándose con ella.
Ahora estamos sintiendo que pasamos tantas penurias porque estamos recogiendo las partes de Yo Soy disgregadas.
Al coger el conflicto ajeno no se trata de meter en nuestra identidad basura. Se trata de dejar de verla como basura. Nada es malo. Sólo nuestro punto de vista dual lo define con esta cualidad. Si es basura es sólo para la definición de nuestra percepción. Mientras lo veamos así, no lo asumiremos y huiremos de ello, pero ello no huirá de nosotros. Lo encontraremos a cada paso, en cada persona. No es que a veces todas las personas sean iguales, es que se les incorpora ese cacho de identidad nuestra que nosotros no reconocemos pero, como nos pertenece, nos persigue.
¿Te vas encontrando gente que te trata con ira? En ese caso: Primero, entiende que no es ira, es que te impacta como tal. ¿Qué puede ocurrir?
¿Tal vez tú te acobardas y huyes siempre?
Coge esa ira y úsala tú, pero en ti no será tal cosa, tal vez en ti sólo sea asertividad. Y al ser una persona capaz de mantenerte en tu sitio, ya no sacarás eso fuera para que “te mantenga en su sitio” otro. Es absurdo que sea el otro el que te coloque en tu sitio. Lo lógico es que seas tú quien lo haga.
Estamos recogiendo nuestros cachos, estamos recogiendo para mudarnos. Porque la mudanza ascendente es un viaje que sólo se puede hacer llevando todo nuestro equipaje. Si hay algo que se queda aquí, entonces sí hay algo de nosotros que no asciende, nosotros no ascendemos, puesto que “arriba” somos en la totalidad. Arriba = Uno.
Un día nos disgregamos para mirar desde diferentes puntos de vista la realidad, hace mucho, mucho tiempo. Ahora hay que volver a casa. Tenemos que recoger.
El karma ha sido la recogida de estos cachos. Los hemos dejado por ahí y nos hemos olvidado de que eran nuestros. Ahora ellos también quieren ascender y nos necesitan para hacerlo.
Ámalos cuando los veas. No son malos si los reconoces. Abre tus brazos e incorpóralos a tu ser. Cuando estén ahí, en tu ser, cobrarán otra cualidad y, en lugar de ser molestos, te serán útiles porque te complementarán. Verás qué pronto reconocen el lugar al que pertenecen. Tal vez no sea el mismo que hayan ocupado fuera. En ti serán benévolos.
Tú, lo que conoces de ti, no es más que un charco de lluvia constante de tu Ser Superior, que no para de evaporarse hacia Él de nuevo y Él, de nuevo, no para de lloverse sobre la 3D (tú y tus cachos desperdigados).
No se trata de ser bueno o malo según lo que nos han contado. No te preocupes por el juicio de los otros. Haz tu trabajo y ayudarás incluso al que te juzga como errado. Estarán haciendo también limpieza en su identidad. Tal vez si se vacían de tu cacho no les queda otra que recuperar el suyo para rellenar el espacio ahora vacante. Y ese cacho, ¿quien sabe dónde andará colocado? Pero seguro que muy cerca de él.
Recoge tus cosas. Nos vamos a casa. La soledad termina porque no era más que la distancia marcada por las barreras de tus cachos disgregados. Ella te impedía ver correctamente.
Tu lugar te espera, y está lleno de amigos, enteritos (Uno), con todo lo que Son.
Incorpora tus sombras a ti y ven. Trae tus cachos incorporados.
No hay que ser bueno. Hay que ser completo. ¡Qué sabes tú qué es ser bueno, si juzgas parcialmente, puesto que no posees unidad cuando juzgas! Sé completo. Y cuando seas Uno, estarás en casa sin más preámbulo. No hay más viaje.
El viaje es lo que estás haciendo ahora. Sabrás que terminó cuando estés en el hogar. Y ya no lloverás puesto que al no estar disperso no tienes que proyectarte. Sólo se proyecta lo disperso. Al ser unidad, estarás recogido en el hogar. Sin proyecciones. Por lo tanto no necesitarás la 3D (la 3D no es un lugar, es una mirada), puesto que ésta no es más que el sustento de las partes, en la parcialidad. Por eso ese mundo se define como de dualidad. Es porque sólo lo parcial, lo incompleto llega allí, es la pantalla de lo que no es un todo. El todo es el resultado de una fusión que, al realizarse, se convierte en Luz (igual que la electricidad hace chispas).
Terminó tu viaje. Eres libre.
No te preocupes por lo que tienes que soltar, todo lo que tienes de más ocupa un espacio porque está vacío, esas cosas son ocupas. Llénalo de tu esencia y lo otro se irá como respuesta, así es.
“Nada es malo. Sólo hay algunas cosas que están fuera de sitio, con lo que su función no es la apropiada”.
Las luces que ves son pequeñas fusiones que estás realizando. Esas son las estrellas que se presentan ante ti fugazmente. Son revelaciones de peldaños subidos en el camino de regreso a casa.
Graciela Bárbulo
Extracto del libro "Mundos de Éter"
(http://www.gracielabarbulo.com/libros.htm)
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