Imagina
que lo que imaginamos se materializara en el espacio vacío.
Imagina que, puesto que la creación de nuestra imaginación se coloca en algún lugar del espacio vacío, a todo el mundo le fuera accesible su visión.
Imagina que, del mismo modo en que todos pudiéramos crear una imagen en el espacio vacío desde nuestra imaginación, pudiéramos, a su vez, puesto que el espacio es común, interferir cada uno en la imagen creada por otro, cada uno desde su propia imaginación.
Imagina que, siendo esto así, un grupo de amigos un día nos juntamos y jugamos a crear entre nosotros un mundo maravilloso. Sería una creación conjunta, donde todos los integrantes del juego interferiríamos en lo que todos los demás proyectaran.
Imagina que sucede de la siguiente manera: Estos amigos nos sentamos en círculo y generamos ante nosotros, en medio del corro, lo que para nosotros sería un paraíso. Cada uno aporta lo que se le ocurre y, a su vez, cada uno proyecta un personaje ideal, que sería exactamente un duplicado de lo que esta persona se complace en desarrollar de sí misma y experimentar dentro de este mundo.
¿Cómo imaginas este mundo? Teniendo en cuenta que aquellos que estamos reunidos pretendemos pasar un rato agradable, actuando con alegría y buena voluntad, crearíamos el mundo perfecto. Pero esa perfección iría definida siempre en función de los elementos con los que nosotros, las personas que jugamos este juego, contáramos en nuestra imaginación. Llevaríamos a ese lugar toda la belleza de la naturaleza que conocemos, generaríamos un personaje que no podría ser otra cosa que una proyección de cada uno, puesto que con la propia identidad es con lo que contaríamos para esta creación. Y generaríamos en este lugar todo un despliegue de posibilidades donde todos y cada uno de los personajes pudiera llevar a cabo el potencial de experiencia que lleva dentro el ser que lo imagina.
¿Cómo sería este mundo perfecto? ¿Te puedes imaginar entre estos amigos sentado en círculo, mirando, en el centro del círculo, en medio de nosotros, una imagen tridimensional que va cambiando el contenido según cada uno va añadiendo elementos, interfiriendo en lo creado para perfeccionarlo, colocando a sus personajes en lugares estratégicos, tanto física como emocionalmente para darles la opción de desarrollar una experiencia concreta?
En realidad, si un grupo de amigos nos sentamos en círculo y hablamos de un mundo ideal, y opinamos, y decimos lo que cada uno quisiera ser en ese mundo y vivir en él, eso mismo es lo que estamos creando, aún ahora. La única diferencia con lo que acabo de relatar es que, sencillamente, aún no tomaríamos consciencia de ello porque no podemos verlo. ¿Por qué no podemos? Porque lo creamos en una dimensión a la que no tenemos acceso con nuestros sentidos. Pero ahí está.
¿Y si estuviéramos más elevados? ¿Si no fuéramos simples humanos sino seres elevados que no tienen que limitar su percepción de la realidad a las posibilidades que sus cinco sentidos le ofrece? ¿Qué pasaría entonces? En principio, seríamos conscientes de lo que estamos haciendo y, de tal manera, podríamos hacer un seguimiento del proceso de este mundo creado y de todos sus personajes. De momento, en ambos casos, hemos creado un mundo vivo, ahora el mundo se pondría a funcionar con las premisas impresas en él. La única diferencia entre ese mundo creado por un ser humano o un Ser Superior que tenga acceso a conocer su obra, es la consciencia de lo creado y la capacidad de observación y, por conseguiente, de una posible intervención en cualquier momento de su desarrollo. Ahora bien, esa intervención, cuando ese mundo haya adoptado autonomía, ya no sería tan precisa como al ser creado. Ahora se mezcla con la autonomía del propio mundo. Ahora sólo podría ser un dato añadido a ese mundo que puede aceptar o no lo que perciba de esa intervención.
Y ahora volvamos de nuevo.
Imaginemos que un grupo de seres de una dimensión superior a la nuestra se sienta en círculo y generan en la tercera dimensión un paraíso. ¿Cómo sería ese paraíso? Teniendo en cuenta que los recursos de esos seres son más perfectos que los del grupo de humanos de antes, crearían en base a la perfección de su propio mundo. Unicamente se verían limitados por la dimensión del mundo creado, por aquello que la tercera dimensión no permite que pueda ser desarrollado. Aún así, sería el mundo más perfecto posible, con los ingredientes más perfectos extraídos de esa dimensión. Aunque la tercera dimensión no pudiera expresar toda la belleza impresa, la semilla de aquello creado, más burdo, contendría, como potencial de expresión, la perfección de la dimensión a la que pertenecen los seres que imaginaron ese mundo. A su vez, estos seres elevados crean una réplica de sí mismos en esta dimensión, lo hacen basándose en lo que de sí mismos quisieran expresar en esta dimensión. Se sitúan en donde desean como punto de partida, tanto física, mental como emocionalmente, y saben que también tienen creados todos los recursos necesarios en el propio mundo y en los otros personajes para desarrollar las vivencias deseadas.
Imagínate que ahora ese mundo ya está creado y cada Ser Superior - Creador va conociendo la evolución de todo este mundo, sabiendo que todo está intercomunicado, que cada cosa y cada ser creados existen porque van a interactuar con el fin de vivir la experiencia deseada y servir a los demás para que la vivan.
Cada uno de los Seres superiores tiene parte de su imaginación, por lo tanto parte de su energía, de su esencia, depositada allí, en ese mundo imaginado. Parte de esa energía no está integrada en la dimensión en la que viven ellos, sino que está desarrollando una serie de experiencias que sólo pueden ser llevadas a cabo en esta tercera dimensión. Estos Seres han cedido a este mundo capacidad de libre albedrío, para que pueda ser su mente de tercera dimensión la que mueva a cada personaje, porque en eso decidieron que consistiera la experiencia. Y ahora son observadores de la práctica de esa parte de sí mismos. Sin embargo, al ser el creado parte del Creador, este último nunca dejará de interceder en los pasos del ser creado. Y el creado, aún viviendo en ese mundo de 3D, sabe que cuenta con una fuerza superior que es favorable a la suya propia (o sea, a sí mismo), y no sólo eso, sino favorable a ese mundo creado, entero, con toda la naturaleza que contiene, y con cada uno de los otros seres, puesto que ellos son necesarios para que cada uno experimente lo deseado, en base a poder interactuar.
Sin embargo, un día el creado, metido de lleno en su dimensión, a fuerza de experiencias de necesidad de alimento, orgullo, placer –ego-, etc., centrado en las necesidades generadas como ser individual, olvida que depende de una Fuerza Superior y se identifica únicamente consigo mismo.
¿Qué hace entonces el Ser que lo creó, si ya no puede intervenir? El creado, al no sentirse identificado con El, se cierra a toda Su intervención. ¿De qué modo puede interceder entonces el Ser Superior?
Me temo que no le queda otra posibilidad que forzar al ser creado a llevar a cabo aquello que éste no elegiría de ningún modo por sí mismo. Desde la tercera dimensión, la percepción sería que la vida le fuerza a recorrer un determinado sendero, aún siendo el que esta persona nunca elegiría por voluntad propia.
Y a fuerza de lo que ese ser creado llamará golpes de la vida, golpes de suerte, donde su ego, y por lo tanto el velo que le separa de su Ser Superior, se habrá ido resquebrajando por varios sitios, llegará en algún momento a percibir de nuevo, tras las grietas del velo, a reconocer a ese Ser, y recordar que siempre estuvo con él. Sabrá que simplemente le había olvidado. En ese momento empezará a restablecer la comunicación con Él e iniciará el camino de vuelta de su consciencia. Desde entonces empezará a tener una nueva comprensión de su identidad, de la identidad de los otros, de su vida, y del mundo. Cada vez su conciencia estará más unida a la de su Ser, y cada vez tendrá más deseos de llevar a cabo aquello por lo que fue colocado en este mundo porque sabrá que ello supondrá su celebración como ser en la 3D. Y como consecuencia, también la realización del Ser Superior en su “experimento”.
Y ahora imagina que ese mundo se llama Planeta Tierra. Imagina que ese paraíso es toda la naturaleza, el sol, la luna, las estrella, los animales, los minerales, los mares, … de la Tierra. Imagina que uno de esos seres creados eres tú. Imagina que tu ego es aquello que te ha llevado a negar el proceso para el que fuiste creado (no olvides que fue con tu consentimiento, porque entonces tu eras esa parte del Ser Superior que resonó con la idea de experimentarse aquí), para el que fue creado el mundo y los otros seres. Imagina que los “golpes” de la vida no fueron otra cosa que ayudas a realizar la labor que tú mismo, como parte de tu Ser Superior deseabas realizar en esta tercera dimensión, aunque como ego habías olvidado.
Imagina que estás despertando y reconociéndote como parte del Ser Superior que eres, tomando contacto con Él, y volviendo de nuevo a acercarte a la dimensión de la que un día saliste porque ese mundo creado ya realizó la misión para la cual se generó, y ahora estás volviendo a casa…En este momento estás ascendido a la cuarta dimensión, y elevándote por encima de ella, saliendo del mundo creado para volver a “casa”.
Y ahora, por último, imagina que ese Ser Superior Soy Yo, y te voy a decir algo:
Tú estás ahora mismo pasando por una experiencia que en ocasiones te hace sentir dolor, piensas que si tienes un Ser Superior que te ama porque eres parte de Él, ¿cómo es que te sientes tan desamparado y sufres tanto? Piensas, ¿cómo es que precisamente ahora es cuando parece que tengo toda mi vida desmontada? Sientes que no tienes nada a lo que agarrarte. Tal vez nunca antes te hayas sentido con menos apoyo, con tantas cosas pendientes. Todos, no solo tú, se sienten así, pero es que estáis recogiendo…
Pues estoy aquí para aclararte una serie de preguntas que laten en ti, pero antes de nada, deseo aclararte que el momento actual, con todo eso que vives como sufrimiento por ahora, no es en vano, sino para un logro muy grande y decisivo para ti. Sigue recogiendo, porque estás volviendo a casa...
Graciela Bárbulo
Extracto del libro "Mundos de Éter"
(http://www.gracielabarbulo.com/libros.htm)
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