No hay un escenario en el que estamos todos.
Cada cual tiene su propio escenario.
Cuando tú estás con otras personas, crees que ellas están ahí contigo. Sin embargo, cada una de ellas está en su propio Centro, en su escenario personal.
De tal forma, tú sólo percibes el reflejo de ti en cada persona, y para cada persona representas el reflejo de sí misma.
Cada cual ‘mete’ al otro en su escenario, es decir, en su “punto de fuga”.
Pero nadie está ahí enfrente.
Todo el mundo está en su “Aquí”.
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