miércoles, 31 de julio de 2013

Todo intento de comprensión de La Realidad es una entelequia.


En el momento en que intentamos comprender La Realidad, la diseccionamos, generando un “perceptor” y un “lo percibido”.


Por lo tanto, no es posible concebir La Realidad de manera intelectual. Siempre que es el intelecto el que pretende conocerla, la mente se separa del Todo, forzándole a convertirse en otra cosa. Entonces, lo que la mente puede percibir siempre es parcial (por lo tanto, ficticio).


La Realidad no se puede comprender intelectualmente. Sólo se conoce siendo parte de Ella. De tal forma, la Realidad sólo se puede percibir “siendo” La Realidad.


En el momento en que esto sucede, la proyección de la mente cognitiva desaparece, y lo observado también, puesto que de nuevo ambos vuelven a formar parte del Todo.

En este momento de cancelación de proyecciones, en el que todo vuelve al Uno, y se toma consciencia de ello, el ser, al fundirse en todo lo demás, se convierte en la Nada, el vacío.


Y es éste Gran Vacío el origen de toda proyección, el cual, concebido interdimensionalmente, coexiste con ella.


El Origen nunca deja de existir. La Nada siempre “Es”. Es la consciencia de Ella lo que la convierte en El Todo, y el análisis lo que la convierte en “algo”. Entonces, la naturaleza de ese algo queda supeditada a la naturaleza de la búsqueda.





Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com
30 de julio de 2013