(Canalización del Ser
Superior)
En el momento en que retiras de ti todo bloqueo que te
impide una relación nítida con alguna faceta específica de ti mismo, el entorno
dejará de ser amenazante y se convertirá en la expresión y el canal de la
energía que permita que tu naturaleza fluya libremente en su más elevado
aspecto.
Cuando una relación te hace daño, esto sucede porque la
vibración de la emisión del otro, en lugar de llegar a tu consciencia
directamente, choca, y se fusiona, con un bloqueo que imposibilita la correcta
recepción de la información.
Este bloqueo es una densidad que impide la interpretación, ya
que la información se dirige directamente a ese espacio de dolor en el que
finalmente queda atrapada, entonces saltan los resortes de la reproducción del sufrimiento,
con una respuesta afín de vuelta.
Pero sucede más: Este mismo dolor bloqueado es el que se
“extiende” hasta la otra persona para ser atraído nuevamente por ti.
Es decir: si tienes una herida emocional, ésta no queda
inerte, sino que cobra vida y busca realizarse dentro del concepto de dualidad.
¡Todo lo que existe tiende a la búsqueda del re-conocimiento
de “sí mismo”! Por lo tanto, cada bloqueo en ti es un algo creado dentro de tu
campo energético, con tu propia energía personal, que se ha independizado de su
fuente, creando una identidad propia. En el momento en que se reconoce como
“algo”, busca la dualidad, dentro de la cual le sea posible convertirse, por un
lado en parte pasiva (receptiva), y por otro lado emisora, es decir, en la
expresión activa de su naturaleza. En su proceso de expansión, cuenta con el
campo vibratorio que pertenece a la naturaleza sobre la que se ha generado y,
en ella, las dualidades pueden expresarse a través de:
-
El cuerpo (en forma de desequilibrios físicos).
-
El entorno (en forma de conflictos con pareja,
padres, hijos, amigos, compañeros, etc.).
-
La vida (como circunstancias que te llevan hacia
un límite en un nivel determinado).
De tal forma, todo conflicto físico, emocional o vital
depende exclusivamente de ti. El foco, entonces, de la solución nunca está en
el objeto exterior, puesto que el exterior es la proyección que la naturaleza
primaria de “eso” utiliza para re-conocerse.
El único modo de librarse de estos conflictos es buscar el
Foco, y Disolverlo.
Todos estos focos son pequeños “yoes” que se fueron creando
a lo largo de la vida, en función de experiencias que impactaron, en algún
momento, en la identidad personal y no encontraron salida. Al no encontrar una
vía de escape, quedaron impresos en el campo aurico personal.
En general (es decir, si no se ha realizado un trabajo
consciente de liberación), todas las personas conviven con esos “yoes”. Es posible,
aplicando una honrada búsqueda, seguir la pista de estos conflictos hacia
dentro del Ser, hasta detectar el conflicto inicial y, tras ello, devolver la
vibración densa, la energía atascada, al Todo, logrando así librarse
progresivamente de esos “yoes”. Pero, curiosamente, sucede con frecuencia que
las personas sienten que con ello se les va la vida, que al liberarse de sus
emociones aniquila, asimismo, su poder. Pues bien, todo ello está formado de
ego. En cada liberación de ello, se libera ego, y es aquí donde se empieza a
sentir el vértigo de perderse a sí mismo. Sentís, “si pierdo el ego,
desaparezco”. Pero existe una confusión importante a éste respecto. Y ahora te
pregunto: “Cuando se pierde el ego, ¿qué queda? Piénsalo, ¿qué queda de ti si
no tienes ego?
Aquí es donde quiero dejar una cosa clara: el ego no es “tú”,
y no te sirve para sobrevivir, ni para
definirte, ni para expresarte, ni para amar, ni para divertirte…
Naces sin ego. Y, sin embargo, desde que naces, e incluso
antes, eres alguien específico en el mundo, ¿verdad? Desde que naces, hay algo
que define que tú eres tú. ¿Qué es ese algo? Lo que te define y te defiende en
este mundo es: Tu Identidad.
El ego, entonces, es el sustituto, usurpador, de tu
Identidad.
¿Crees que sin ego tienes que anularte, que soportar lo intolerable,
que sufrir, que aguantar, que…? No es así. Tu identidad es aquello que
contiene, y por tanto expresa, lo que Eres, y de tal modo configura lo que
vives.
En el momento en que dejes de vivir con el ego, y vivas a
través de tu identidad, nada de ti buscará un foco de proyección para volver a
ti a través de ninguna persona, situación o enfermedad; todo fluirá de acuerdo
a lo que tú Eres, así la cualidad de lo que llegue a ti y lo que Eres, y, por
tanto expresas, será la misma.
Cuando tu ego no exista, y sea tu identidad la que viva la
vida, todo llegará a ti en y desde su más pura esencia. Y lo que ahora te
ocasiona conflicto, o bien dejará de existir, o podrás interpretarlo de forma
que no te dañe, de forma que cuando llegue a ti pueda seguir su camino,
mientras tú te mantienes en la vibración pura y genuina de tu ser, de lo que
Eres, expresado en el mundo de las formas a través de tu identidad, y
reflejando, para ti, una vida, relaciones y salud, que te llevarán a la
consecución de la felicidad, como resultado de la expresión de llevarse a cabo,
en todos esos ámbitos, la naturaleza que Eres.
No sufras más. El sufrimiento es un error. Entrega la fuente
de tu sufrimiento a la vibración más elevada de ti, y se deshará. Entrégamelo a
mí, y te liberarás.
Tú eres la parte de mí que se expresa en la materia, y yo
Soy tu sustento. Siempre apoyo lo que tú Eres, porque eso es lo que Yo Soy.
Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com15 de junio de 2013